El sábado 9 de junio en horas de la mañana, salió un tweet publicado por el ministro de Educación Edgar Mora, refiriéndose al tema del suicidio. El mismo, decía lo siguiente: “Suicidarse es una manera de decir la verdad, posiblemente la más vehemente de todas”.
Me parecen muy desafortunadas sus declaraciones. No solamente porque se trata de una persona que ocupa un cargo de suma importancia como lo es el Ministerio de Educación, sino porque siento que está invitando a que jóvenes, niños y demás personas tomen tan fatal decisión con ese mensaje.
No Don Edgar, suicidarse no es ni la mejor ni ninguna manera de decir la verdad. Es acabar con la vida, los sueños, las metas, las ilusiones de una persona que en algún momento ha luchado por conseguirlas, porque simplemente se cansó de vivir, de luchar, de seguir.
Suicidarse, señor ministro, no es huir de los problemas, acabar con las presiones, alejarse del bullying que otras personas le puedan hacer a alguien. Suicidarse, es decirle a Dios que la vida ya no importa, que no cree en un futuro mejor y que no existe posibilidad ni motivos para seguir adelante y lamentablemente, muchas personas creen que hacerlo es la solución a todos los problemas, lo cual no es así.
Señor ministro, lo invito a reflexionar sobre éste delicado tema y analizar el porqué muchos jóvenes y personas toman tan fatal decisión.
Pienso que en la vida siempre van a haber obstáculos, problemas, presiones, estrés y muchas cosas que nos hagan desmotivarnos y desanimarnos, pero definitivamente el suicidio, no constituye en la cura a esos dolores ni la solución a los problemas. Hay muchas otras cosas que pueden ayudar a una persona a salir del entorno difícil en el que vive:
La atención psicológica, la consejería, el deporte y la recreación y muchos aspectos más. Pero el quitarse la vida, no, señor ministro.
Como costarricense enamorado de la vida, creyente en Dios y convencido de que hacernos daño no es lo más idóneo para alejarnos de los problemas y todo aquello que nos hace mal, lo invito con el mayor respeto a abstenerse de realizar esos comentarios tan desatinados y pensar que para cada problema existe una solución y que la vida es el regalo más hermoso que Dios nos da y arrebatárnosla, es la muestra más clara de que Dios no importa y es un total desprecio a ese regalo que el Señor nos da.
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