Costa Rica debe y puede avanzar a paso firme hacia el desarrollo y mejoría de la calidad de vida de sus ciudadanos. Para ello debemos abandonar dogmas todavía enquistados en nuestro país que no nos permite salir adelante para insertarnos en la economía mundial y procurar la prosperidad por medio de la competencia y el comercio.
En Costa Rica, el prejuicio impide una y otra vez, vislumbrar los beneficios de las políticas de apertura, y al son de las protestas de sectores protegidos, desaprovechamos grandes y buenas iniciativas comerciales con la excusa de hacer oposición a políticas neoliberales, supuestamente bajo el pretexto de ser enemigas de sociedades más igualitarias.
Pero la prosperidad y el crecimiento económico son condiciones, no obstáculos, para el mejoramiento de la sociedad. En el fragor de la competencia aunque existen sectores productivos incapaces de sobreponerse, no es posible salvarlos a toda costa en detrimento y sacrificio de intereses más generales e importantes.
Nosotros ni siquiera conseguimos ingresar a la Alianza del Pacífico, una organización regional de la cual forman parte importantes países de la región. Y donde existe un estudio de la Fundación Konrad Adenauer denominado “Dimensiones y Efectos Económicos de la Alianza del Pacífico” que concluye que una integración de Costa Rica a la organización, elevaría el ingreso real per cápita en 0.81% y ampliaría la apertura comercial en un punto comercial.
Además, en cuanto al valor agregado, agricultura, alimentos, servicios comerciales y textiles, estarían entre los sectores más beneficiados en términos absolutos. Incluso, porcentualmente, los textiles y vehículos motorizados producidos en los países de la alianza tendrían las mayores ganancias. Dicho de otra manera, los grupos más opuestos, como los agricultores, son los que más se beneficiarían.
Pero como decía al inicio, Costa Rica ha pospuesto su ingreso a la alianza una y otra vez, pese a las reiteradas invitaciones giradas por la organización desde hace años. Considero que ha llegado el momento de tomar decisiones en este país, especialmente en temas tan relevantes y de tanta trascendencia para Costa Rica.
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