Independientemente de las condiciones atípicas en que el mandatario realizó este 04 de mayo su Discurso Presidencial – no es rendición de cuentas- con crisis pandémica, menor asistencia de autoridades de Estado y del cuerpo diplomático, estrictas medidas de higiene (supongo), no significa que se le debía eximir de la rigurosidad en la estructura de su Informe y de la crítica de diversos sectores como implicación.
Todas las expectativas estaban enfocadas en esperar del primer responsable, no del único, en dar luz de cómo enfrentar lo que viene derivado de la crisis pandémica. Veamos, lo del bono PROTEGER y otras medidas tomadas en el último mes y medio eran y son para tratar de paliar el impacto de la crisis, ¿y después qué? Si ya antes de la pandemia el desempleo y los indicadores económicos no daban señales de optimismo, ¿cómo va a ser el escenario mientras dure lo más fuerte del confinamiento y luego, cuando vayamos poco a poco retomando lo que pueda considerarse como normalidad?
¿Dónde esas las propuestas de su consejo económico?, ¿dónde está el resultado del supuesto diálogo que mantiene con todos?, porque el presidente aseguró que no gobierna para un único sector. Lo que nos dio Alvarado Quesada en casi una hora de su presentación fue una serie de escenarios ideales siempre y cuando se cumplieran otros escenarios. ¿Así quien no, presidente?
Básicamente en su presentación el mandatario planteó tres ideas fundamentales: que la necesidad de la UPAD se hace evidente en esta crisis, que el tren eléctrico junto a otras obras de infraestructura son punta de lanza de una posible dinamización de la economía y, por último: para poner el ejemplo de contribución solidaria, se rebaja su salario en 10%.
Ah y me faltó, necesitamos unirnos más y enfocarnos en la siembra de cannabis. No es broma, así se puede resumir lo que el presidente, en acto solemne, le piensa a hacer frente a estas condiciones y a lo que está por venir.
¿Que faltó mencionar que pronto su equipo económico dará a conocer supuestas medidas para dar cierta luz en este panorama de incertidumbre?, y ¿por qué no lo hizo de una vez? Porque no las tenía listas o porque quería alejar las reacciones de este acto solemne. En uno u otro caso, criticable. Y reprochable sería, que el anuncio que según él está por venir, no tenga mayor relevancia para el país.
No sé quién le lleva las cifras a Alvarado, pero los números que proyecta en empleos directos e indirectos de la puesta en marcha del tren eléctrico no se acerca al 1% del impacto que tendría para combatir desempleo.
Y para ponerle una cereza a este pastel sin sabor que nos dio Alvarado en 57 minutos, anuncia un rebajo en su salario de un 10% como un ejemplo de la contribución solidaria. Primero, ya aquí reveló lo que está por venir: impuestos. Segundo: presidente, usted aceptó voluntariamente ese rebajo, que quizás ni mella haga a sus condiciones de vida. Pero si ese simbolismo refleja parte de la esencia de su grande propuesta de dinamización, un impuesto disfrazado de contribución o aporte solidario, déjeme decirle que usted tomo la decisión de hacer la rebaja; miles no podrán decidir.
¿Y qué me dicen de los otros miles de ciudadanos que han tenido que sufrir rebajas de 50% -o hasta más- en su salario?, ¿qué sentirán ante tal solidaridad presidencial?
Discurso del presidente Alvarado dado un 4 de mayo de 2020… simbólica esta fecha: ¡Que la Fuerza nos Acompañe!
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.
