¿Qué dicen realmente los programas de educación para la afectividad y sexualidad integral del MEP? ¿Qué enseñan?

» Por Gilberth Arce Quirós - Activista - Educador

Hace dos días, justamente el 7 de noviembre, el MEP publicó un vídeo donde se dedica a explicar la pregunta que se plantea inicialmente en este artículo. El vídeo de primera entrada presenta estos programas como una buena opción, pero esto no es más que una campaña de marketing que se dedica a vender un producto. Es claro que cuando se desea vender, no se debe mencionar explícitamente las características negativas o cuestionables del producto, pues se debe conquistar el mercado. Nunca verás un anuncio de alguna gaseosa que diga que cada 330 ml de bebida contiene 133 calorías y más de 7 cucharadas de azúcar, lo mismo pasa con el MEP y su campaña de marketing que (referenciando al rector de la UNA, Alberto Salom) parece ser una “triquiñuela” política.

Se menciona en el vídeo que “En primer grado aprenden a conocer su cuerpo” y al parecer ya iniciaron su plan piloto en Poás de Alajuela, en colaboración con el Ministerio de Salud, mandando a niños, en edad escolar, a tocarse cada una de sus partes íntimas y reconocer que zonas producen mayor o menor placer según como se toquen, en otras palabras y con base en la definición de la RAE, el MEP los manda a masturbarse como tarea y redactar un informe. Esto hasta parece un chiste de mal gusto.
Antes de continuar, es menester aclarar que una educación para la afectividad y sexualidad integral es necesaria en el sistema educativo costarricense, una verdadera educación que se rija bajo criterios científicos y objetivos.
Sería obrar en mala fe negar la presencia de aspectos positivos en dichos programas, pero los aspectos negativos hacen inaceptable la aplicación de dicha propuesta, es decir, no se pueden tolerar datos científicos errados ni prácticas didácticas imprudentes, a cambio de algunos aspectos positivos.
Hay una gran cantidad de temas que son minimizados y hasta omitidos, los cuales son de suma importancia en formación para la afectividad y sexualidad integral.
Por otra parte, de los colectivos que celebran la implementación y hasta participaron en la elaboración de estos programas se podría pensar: “tanto que hablan y luchan en contra de los crímenes de odio ¿será porque predican y profesan con verdadera convicción el amor? Puesto que al odio se contrapone el amor“. Bueno… ¿recuerda que mencioné que hay temas minimizados y omitidos en los programas? Pues la formación en el amor es el primer tema omitido. Es aquí donde cabe cuestionarse ¿si no se habla del amor, entre muchos otros temas de afectos, entonces serán estos en verdad programas de “afectividad“?
Se abrió este artículo de opinión con las preguntas que pretendía responder el MEP y una de ellas era ¿qué enseña? Y básicamente en este artículo se contesta ¿qué no enseña?
La formación en el amor no es el único tópico ausente. Tampoco se habla de la fidelidad o de buscar una sola pareja, mucho menos del matrimonio; no se habla de la abstinencia como algo deseable, no se habla de esperar etapas de mayor madurez para iniciar una vida sexual activa, o que la actividad sexual temprana interfiere con las metas de vida y estudio, tampoco de la promiscuidad o de las enfermedades mentales en relación al sexo. Tampoco se habla del peligro del sexting, el peligro de la pornografía y la promiscuidad, mucho menos del dolor y explotación que causa las industrias de la pornografía y de la prostitución. Esto por mencionar algunos temas.
Ahora, por la parte de sexualidad integral; de ser integral, se debería tratar la sexualidad desde diversos enfoques y perspectivas, pero el único enfoque tratado en estas guías es el enfoque de género. Aunado a eso, de entre muchos temas fundamentales en educación sexual integral, tampoco se habla de dos en específico: primero, no se habla de enfermedades de transmisión sexual, solo se llegan a mencionar algunas infecciones, y segundo, tampoco se habla sobre la prevención de embarazos no deseados.
Tanto que se menciona la problemática de la cantidad embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual, se pretenden reducir y evitar con unos programas de educación en los que ni si quiera se mencionan estos temas, mucho menos tratarlos a profundidad.
Además de las propuestas metodológicas imprudentes y los temas minimizados y omitidos, puede también revisar el glosario y la bibliografía donde encontrará otra serie de falencias que detallé en otro artículo de opinión para este diario y puede encontrarlo en el siguiente enlace www.elmundo.cr/ideologia-genero-mep/
Tenga en cuenta que hasta aquí no he mencionado en absoluto la biblia o religión alguna, y no faltará quien ante estos hechos contundentes y objetivos tache este artículo de opinión como retrógrado, homofóbico y cristiano/católico (como si esto último fuese algo malo)
Según el VI Informe del Estado de la Educación, los niños se gradúan de la escuela con apenas destrezas básicas y esto da que pensar de los resultados que se obtienen en secundaria, los cuales también pueden ser consultados en este mismo informe. Este dato es realmente alarmante y cabe resaltar que debe de ser una necesidad cuya resolución debe de ser prioritaria para el MEP en este momento, y en dado caso ¿de que modo, estos programas ayudan a solventar esta necesidad? Y no me refiero a la educación para la afectividad y sexualidad integral objetiva y de calidad, sino a estos programas en específico.
El meollo aquí está en cuestionar de manera crítica y razonada la oferta metodológica que propone el MEP a través de estos programas de estudio y la manera en que nos lo piensa vender; mostrando solo una parte de estos programas que, dicho sea de paso, no están abiertos a cuestionamos ni debates. Y bien que hemos invitado a la señora ministra de educación Sonia Marta Mora o alguno de sus subalternos a debatir desde distintos frentes y colectivos sociales que deseamos una verdadera educación para la afectividad y sexualidad integral.

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