Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres

» Por Ricardo Castro Calvo - Abogado

El 25 de noviembre de 1960 se encontraron los cuerpos sin vida de tres hermanas Mirabal en el interior de un coche que supuestamente había caído por un barranco en Salcedo, en la República Dominicana. Pero su muerte no fue accidental.

Las hermanas Patria, María Teresa y Minerva Mirabal fueron asesinadas por orden del dictador Trujillo. Su muerte no sólo conmovió a su país, sino que terminaría convirtiéndose en un símbolo de la violencia ejercida sobre las mujeres en todo el mundo.

Conocidas como “las mariposas”, las hermanas Mirabal llevaban años luchando contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, que había subido al poder tras un golpe de estado en 1930. Nacidas en Salcedo, República Dominicana, el seno de una familia acomodada, habían recibido una buena educación y estaban casadas y tenían hijos. Además de Patria, María Teresa y Minerva, tenían una cuarta hermana, Adela, que tuvo una vida alejada de las reivindicaciones políticas.

De las tres, Minerva era la más activa en la lucha al liderar, junto a su marido, el Movimiento Patriótico 14 de Junio. Pero las tres llevaban tiempo en el punto de mira del dictador quien vigilaba sus pasos y los de sus maridos.

En mayo de 1960, Minerva y María Teresa fueron detenidas y condenadas a prisión como sus maridos, acusados todos de atentar contra el estado. Pocos meses después, en agosto, las dos hermanas fueron puestas en libertad sin razón aparente en una suerte de campaña de imagen del régimen.

Pero cuando el dictador Trujillo recibió informes que le avisaban de que las hermanas continuaban protagonizando actividades contrarias a su gobierno, decidió deshacerse de ellas sin juicio previo. En una de las visitas de Minerva y María Teresa a la cárcel, acompañadas de su otra hermana Patria, para ver a sus maridos, se planeó el secuestro y posterior asesinato. Tras salir de la cárcel en un coche conducido por un chófer, Rufino de la Cruz, las tres hermanas eran detenidas en el camino por los hombres de Trujillo y fueron trasladadas a una casa donde fueron ejecutadas. Los cuerpos de Minerva, Patria, María Teresa y el chófer fueron colocados de nuevo en su jeep que fue despeñado por un acantilado para simular un accidente de tráfico mortal.

Las mujeres asesinadas dejaban atrás a cinco niños pequeños y un pueblo conmocionado que no permaneció impasible. Las palabras que Minerva había dicho antes de morir, “Si me matan, sacaré los brazos de la tumba y seré más fuerte”, fueron premonitorias. El asesinato de las hermanas Mirabal fue el principio del fin de la dictadura de Trujillo, asesinado el 30 de mayo de 1961.

Las comunidades feministas de la zona, cansadas de denunciar las altas tasas de violencia contra las mujeres, decidieron fijar la fecha de la muerte de las Hermanas Mirabal en el calendario reivindicativo contra la violencia de género. La ONU hizo suya dicha fecha en 1999 declarando cada 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

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