Descontento social

» Por Mons. José Manuel Garita Herrera - Obispo de Ciudad Quesada

La creciente disconformidad de diferentes sectores de la sociedad, reflejados en reclamos, manifestaciones en las calles, cierre de vías, de escuelas o colegios y la crispación generalizada en redes sociales no es algo que deba tomarse a la ligera.

Días atrás, me manifesté sobre diferentes hechos que ocurren en el país con una pregunta: ¿Hacia dónde vas Costa Rica? He insistido, una y otra vez, que el diálogo es la vía para resolver cualquier conflicto en nuestro país. Así se hizo en el pasado, así se construyó nuestra nación.

No hace bien la violencia ni tampoco la falta de respeto que de manera más generalizada se ve en distintas manifestaciones en redes sociales solo por el simple hecho de poder expresarse. La libertad de expresión no es una carta abierta para decir palabras ofensivas o irrespetar la condición de diferentes sectores.

Tampoco hace bien que se ponga oídos sordos a reclamos de las personas, sean menores de edad o adultas, o de un sector o de otro. Dirigiendo la mirada a otra parte, no se hace bien.

Hago un llamado a las autoridades del gobierno de la República a no cerrar nunca el diálogo, a tener las puertas abiertas para escuchar el clamor ciudadano.

Asimismo, lo he manifestado en otros momentos: cifras de vergüenza afectan a nuestra sociedad como lo es el hambre, la pobreza y el desempleo. Familias enteras sumidas en una situación que parece no tener claridad de salida, deben ser prioridad para construir una agenda país.

“Ahora entiendo que tengo que escuchar a la ciudadanía, a los distintos movimientos, a los estudiantes, para comprender ese sentimiento y trasladar mejor, o en algunos casos es, informar mejor lo que estamos haciendo”, dijo el presidente de la República, Carlos Alvarado, luego de una reunión que sostuvo con algunos estudiantes el pasado viernes 28 de junio.

En buena hora que el mandatario acepte la necesidad de escuchar y pueda abrir la oportunidad de poner atención a problemáticas e inquietudes de distintos sectores de nuestro país.

Como lo hicimos ver los obispos de la Conferencia Episcopal de Costa Rica el pasado viernes 28 de junio, “es el momento de iniciar en verdad un proceso de diálogo social concreto y constructivo, donde haya propuestas y se sepa a la vez escuchar, habrá aspectos sobre los que tienen que ceder unos y otros, pero, tomando muy en consideración lo dialogado, buscando en todo momento el bien común. No se puede seguir vaciando de contenido la palabra diálogo, anteponiendo intereses personales, de grupos o de poder”.

También junto a mis hermanos obispos indicamos: “el pueblo clama por mayor justicia social, por oportunidades de empleo, por una educación integral no ideologizada, respetando los valores éticos y morales, una educación de calidad, por una distribución más equitativa de la riqueza, atención a los pequeños productores, entre otros”.

De esta forma, pidamos al Señor Jesús que nos llene de su paz, que ilumine a quienes gobiernan y a quienes ven justos sus reclamos, con el fin de llegar a puntos de acuerdo en beneficio de todo el país.

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