En los últimos años la Democracia Cristiana y la Social Democracia se alternaron en los gobiernos de Venezuela, los cuales aportaron escasos logros en lo económico y en lo social, pese a la enorme cantidad de petróleo del país, cuyas ganancias las gastaron exclusivamente en las importaciones. Hugo Chaves dio el golpe de Estado que fracasó y; después de un tiempo en la cárcel, el anciano presidente señor Rafael Caldera, le otorgó el “pase legal” para que fuera candidato a la presidencia de la República; los venezolanos votaron democráticamente y eligieron al ex golpista, que resultó ser el mandatario de la nación.
La mayoría de los dictadores; tuvieron constantemente, quien más quien menos, un “Ego” sin límites, que casi siempre; ha sido el resultado nefasto de un populismo mal aplicado que con el tiempo ha fracasado. El ex militar no fue la excepción, debido al hecho de que nunca tuvo la visión de futuro, pese a su “Ego”; de haber podido con el oro negro a su entera disposición, acabar de una vez y en poco tiempo; con la pobreza de su gente, una medida de trascendencia, que con parcialidad y honradez; lo habría catapultado y consagrado como el único gobernante en el planeta autor de la hazaña, en lugar del despilfarro y dádivas del petróleo que regaló a diestra y siniestra. Lo triste del caso en cuanto a la actual crisis de Venezuela; estriba en el hecho de que los venezolanos, todavía no se han dado cuenta ni están conscientes de que están sometidos a una dictadura disfrazada de “democrática” a punto de violentar todos los derechos humanos de los ciudadanos, quienes todavía creen en la democracia con el llamado cosmético de las elecciones; con el fin de dirimir la tragedia que los somete al hambre y a las enfermedades; “un sueño de Cannabis” que conduce a la pregunta del millón:”¿cómo tendrán que enfrentar a una dictadura oleada y sacramentada?”.
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