“Comprométete con la noble lucha por los derechos humanos…”. (Martin L. King)
10 de diciembre, 1950: Día Mundial de los Derechos Humanos, según resolución, de la Organización de Naciones Unidas -ONU-, para celebrar la Declaración Universal de los Derechos Humanos,-invitando a que se “redoblen esfuerzos para lograr que la humanidad realice nuevos progresos en este campo”-.
Antecedentes, en 1789, con la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano y, en 1791, la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Previamente, en 1776, la Declaración de Derechos de Virginia, -“considerada la primera declaración de derechos humanos moderna”-; que refiere: “todos los hombres son por naturaleza igualmente libres e independientes y tienen ciertos derechos inherentes, de los cuales, cuando entran en un estado de sociedad, no pueden ser privados o postergados”.
Declaraciones -generales- que, valga señalar, no abordaron, ya sea, los derechos de las mujeres, o el esclavismo; lo que implica que, no siempre las buenas intenciones se convierten en hechos buenos.
Pasaron los años -siglo y muchas décadas-, hasta que, el 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de la ONU, aprobó, la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ese día, se expresó: “Nos encontramos en el umbral de un gran acontecimiento, tanto en la vida de las Naciones Unidas como en la vida de la humanidad. Esta Declaración Universal de Derechos Humanos, bien puede llegar a ser la Carta Magna de la Humanidad (…), está basada en el hecho espiritual de que el hombre debe tener libertad para desarrollarse totalmente y por el esfuerzo común, levantar el nivel de dignidad humana.”, (Eleonor Roosevelt, presidente de Comisión de Derechos Humanos).
Veamos extractos:
“-Considerando:
“que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana;
-que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad,”.
Por tanto:
“-Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
-Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole,
-Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
-Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión;
-Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar,
-Toda persona tiene derecho a la educación. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana;
-Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.
-Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.”.
Sí, tenemos derechos humanos, pero se irrespetan -día a día-; verbigracia: las guerras que, son enemigas de la vida y la libertad, de los bienes personales y del bien común. Son destructoras de la dignidad…de la humanidad toda. Irrespetando vida, libertad o justicia, no hay derechos humanos; (“la injustica en cualquier lugar es una amenaza para la justicia en todas partes”-, señaló, Martín L. King).
En nuestro país, los derechos humanos están heridos: hay violencia, injusticias, corrupción, evasión, impunidad y más. Tenemos desigualdad. No se cumplen deberes humanos. -(Declaración de Responsabilidades y Deberes Humanos)-.
Respecto a la desigualdad, en agosto 2024, en Monumental -Andrés Alvarado-, citó, informe que señala: “Costa Rica se mantiene como el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con mayor desigualdad.”.
Y, referente a violencia u otras… (Dolor y muertes): “en accidentes de tránsito 350”, (Repretel, 3/10/2024). Homicidios: “Costa Rica estaría superando los 816”, (Telenoticias, 8/12/2024). Y, “según informes del M. de Salud, hasta semana epidemiológica 25 del 2024, se tenían registrados 1.864 intentos de suicidios en el país, de los cuales 1.233 corresponden a mujeres y 631 a hombres”. Suicidios: en el 2023, lamentablemente, fallecieron 392 personas.
En el mundo, según, la OMS, 29/9/ 2024: “726 000 personas se quitan la vida y muchas más lo intentan. Todos los casos son tragedias para las familias, su entorno y todo el país”.
Triste, muy triste: Cuando la muerte llega, por desesperanza o violencia, también muere el alma de infinidad de personas de buena voluntad, de la patria y del mundo.
Hoy, los derechos humanos NO pertenecen a todas las personas, no son universales: “El principio básico de los derechos humanos es su universalidad. Es decir, su causa se defiende en todo el mundo… ”, (Juan Carlos Hidalgo, analista de CNN).
Por ello, no debemos cruzarnos de brazos; hay derechos humanos heridos: en salud, trabajo, emprendimientos, empresas, vivienda, educación, seguridad, paz, vida y otros. Muchas personas sin plena dignidad humana. Recordemos que: “Privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad”, (Nelson Mandela).
Sin olvidar que, para derechos humanos reales, la sociedad y los gobernantes -de los tres poderes, y otras instituciones-, deben ser responsables y éticamente efectivos; sea, las personas cooperando con sensibilidad verdadera.
Sin omitir reflexionar sobre, el sentir y hacer:
De, Mahatma Gandhi. “Han habido tiranos y asesinos y por un tiempo pueden parecer invencibles, pero al final, siempre caen, piénsalo bien: siempre”.
Y, de Martin L. King: “Comprométete con la noble lucha por los derechos humanos. Harás una mejor persona de ti mismo, una gran nación de tu país y un mejor mundo para vivir”.
Sí, para los derechos humanos: más hechos sanos, menos palabras mentirosas. Más reflexión real, más brazos activos.