Como seres humanos inmersos en una sociedad, cuando cultivamos los años de nuestra niñez y adolescencia, marcará profundamente cómo seremos por el resto de nuestras vidas y el tipo de sociedad que hemos de formar.
Acá, en Costa Rica durante muchos años gozamos de expresión plena del arte en muchas manifestaciones, como ejemplo teníamos un festival del arte, llamado el FIA. Lamentablemente en el primer año, de la primera administración de los Gobiernos del PAC, (los así llamados porque ellos mismos se autodenominaban, como los más preparados); se perdió, se esfumó el dinero para tal fin y nunca más desde entonces volvimos a disfrutar los costarricenses de a pie, de aquellos conciertos espectaculares en nuestras calles, de otros famosos conciertos culturales como “Los Niños Cantores de Viena”, o de la música popular de cualquier país del mundo que viniera a demostrarnos sus grandes talentos.
También al artista nacional se le daba un gran apoyo. Todos, absolutamente todos nos enriquecíamos tanto como espectadores, así como el disfrute que poseía el mismo artista, siendo así balanceada, además, sus propias vidas, cargada de grandes sacrificios.
Inició así la degradación social con el surgimiento del famoso baile y música del reguetón. Quienes son protagonistas de esta nueva “visión cultural” proyecta e instan a nuestros jóvenes y niños a un arquetipo de un drogadicto, de un narcodelincuente y pandillero, que sólo se dedica a hablar de drogas, armas, promiscuidad, entre otros temas denigrantes. A las jovencitas y niñas les venden el ritmo del “perreo” y la máxima aspiración de ser una pr0stitut@ digital cuyo fin único es solamente para fornicar.
¿Es esto lo que queremos para nuestros hijos, primos, sobrinos, nietos o amigos?
Volviendo a analizar los tiempos ya perdidos, nos damos cuenta de que en realidad los grandes valores con los cuales nos enorgullecemos han sido motivo de inspiración a las nuevas generaciones de muchos costarricenses. Es así como menciono a pintores muy destacados en toda la historia de Costa Rica.
Cito, por ejemplo, a Aquiles Bigot, Tomás Povedano, Enrique Echandi, Francisco Amighetti, Francisco Zúñiga, Teodorico Quirós, Fausto Pacheco, Margarita Bertheau, Manuel de la Cruz González, Rafael Ángel García, Jorge Gallardo, Rafa Fernández, Lola Fernández, Max Jiménez, Isidro Con Wong y Fernando Carballo.
Otra gran gama cultural son los cantantes con muchos y diversos estilos. Unos ya no están entre nosotros, pero han dejado una herencia y un legado extraordinario. Otros tenemos la dicha aún de tenerlos y nos siguen produciendo arte musical…desde Chavela Vargas, Debí Nova, Fidel Gamboa, Ray Tico, Emilia Prieto, José Capmany, Lencho Salazar, María José Castillo y el desaparecido hace poco, pasando a mejor vida el Padre del Calipso, Don Walter Ferguson.
Ni que decir de la rama de los escultores… un titán como lo es Jiménez Deredia… y Mireya Barboza; una de las más grandes bailarinas que ha tenido este país.
Científicos como Sandra Cauffman y Franklin Chang Díaz.
Deportistas como Keilor Navas,Claudia Poll, Nery Brenes, Hanna Gabriels, Kenneth Tencio, Brisa Hennessy, Shirley Cruz, Andrés Amador o Yocasta Valle y Sherman Güity.
Tenemos talento de la más alta categoría con la cual podemos inspirar a nuestros muchachos; solo simplemente abramos las ventanas y puertas a la esperanza, a la cultura, al deporte, a la ciencia y sin duda al arte.
Si continuamos inspirando a nuestros hijos con lo que han consumido en los últimos 10 años, (la cultura barata, sin objetivo alguno), no nos asustemos con lo que pasa y pasará con nuestra sociedad.
P.D.
Pido desde ya las disculpas del caso, pues estoy totalmente seguro y convencido de que esta lista que plasmé, es muy pequeña en comparación con todas las personas que han enriquecido nuestra nación.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.
