A propósito del titular de La Nación de este domingo 02 de mayo sobre que el Directorio electo excluye al PAC para definir sus prioridades, ¿será tan así la realidad?
Con los años la elección del Directorio Legislativo cada 01 de mayo se ha reducido en el análisis político de los resultados a esa dicotomía de ganadores y perdedores. Y entiendo que ese reduccionismo se debe a la lógica de que, si un diputado representando a una fracción se postula a uno de los puestos del Directorio y no lo consigue sencillamente es un perdedor, igual si lo logra, pasa a convertirse en el ganador de la jornada.
¿Y si ampliáramos el análisis?, ¿y lo extendemos a entender que si no hubiera “perdedores” no habría Democracia?, ¿y si pensáramos en lo nocivo que sería dentro del sistema de pesos y contrapesos que las fracciones representadas en la Asamblea llegaran un 01 de mayo con todo negociado y se votara “en plancha”?
¿Y si entendiéramos que la elección ese día no es sólo quién asume el Directorio sino qué implica para la dinámica parlamentaria la elección de esos diputados?, ¿y si entendiéramos que dentro de esa dinámica no se trata sólo de ganar una elección sino de sobrevivir, de saber moverse?
A través de los años, de cara a los primeros de mayo he tenido la posibilidad de entrevistar a una cantidad importante de diputados, que tenían la investidura en ese momento, o a exdiputados, y he podido cerciorarme precisamente de lo anterior: no se trata sólo de ganar, sino de cómo se pierde. La elección de los diputados a determinados puestos no sólo se trata de elegir con base en capacidades sino elegir a quienes dejen jugar o a quienes no incomoden mucho.
Pago de dietas, viáticos, justificación de ausencias a las sesiones o a las comisiones, permisos para salir al extranjero, nombramientos de plazas de confianza, entre otros beneficios entran en juego a partir de lo que resulte un 01 de mayo y durante los meses posteriores. No sólo es hablar de dirigir la sesión, conceder la palabra, recibir y firmar actas, orden del día, orden de discusión de proyectos; esos menesteres sólo representan la formalidad parlamentaria que podemos visibilizar, pero no lo que está detrás.
Por ello reducir todo a si una fracción ganó o perdió ese día es perder de vista la parte del iceberg más importante, sobre todo, si no se analiza y se pone en contexto lo que ha sucedido desde que asumieron estos 57 diputados.
Y vuelvo, ahora sí, con el titular de la Nación. ¿de verdad el PAC ha quedado excluido o separado de la agenda de discusión durante este último año? Absolutamente no. Todo lo contario va a estar presente dentro del Directorio Legislativo y en la agenda todo lo que hace falta para terminar esta legislatura.
Durante estos 3 años hemos visto que quien ha asumido el mayor desgaste en la discusión y aprobación de los principales proyectos del oficialismo ha sido el PLN no el PAC. Fue el mismísimo Carlos Ricardo Benavides quien, durante el primer año de esta legislatura, en una función casi que de jefe de fracción del PAC o ministro de la presidencia de Alvarado llevó sobre sus espaldas y arrastró consigo a la mayoría de su fracción para tener los votos suficientes para aprobar el Plan Fiscal, con apoyo obvio del PAC más casi que todos los diputados del PUSC.
Luego, en otro proyecto que generó fricción legislativa y social fue el proyecto para regulación de las huelgas, ¿quién estaba en la presidencia del directorio?, ¿quiénes votaron en su mayoría a favor del proyecto? Ambas respuestas: el PLN. Y ojo en este proyecto se sumaron los votos de lo que ya era un bloque independiente derivada de la escisión con Restauración Nacional. Y era evidente que ahora esta fracción tenía que portarse bien ante el directorio para gozar de todas las posibilidades ya mencionadas que le corresponde en materia administrativa a esa instancia.
La coyuntura tan trágica generada por la COVID-19 le dio al PAC y al Gobierno el escenario perfecto para tomar las riendas en la toma de decisiones en nombre de la salud con una renuncia total de la llamada oposición para cuestionar lo que el Gobierno solicitaba en materia sanitaria y que requerían de la materia legislativa.
Y ya en un tercer año vino un nuevo acomodo para aparentemente salvaguardar las finanzas del Estado con la movilización que hizo Alvarado junto con sus ministros de Hacienda y Planificación para meter al país en una discusión para conseguir un acuerdo de apoyo financiero con el FMI y que desató en media pandemia una movilización social donde el Gobierno junto con la fracción PAC burló a todo mundo haciendo pensar que retirarían cualquier solicitud al FMI. Lo que en realidad sucedió, como sabemos, fue que se canjeó esa propuesta por el impulso a una reforma de empleo público, que ya desde el período legislativo anterior, esa idea andaba en el seno legislativo del PLN y era representativa de lo que muchos sectores productivos e industriales pedían para emparejar la cancha. Por otro lado, Alvarado ganaba tiempo con sus jornadas de diálogo y su arsenal de proyectos derivados de estas discusiones que ya muchos diputados identificaban como reiterativos o innecesarios.
Hoy, que nos encaminamos al último año pareciera que empleo público y acuerdo con FMI dominarán la agenda y con ello dando un nuevo empuje a lo que le interesa precisamente al PAC. Y aunado a la incapacidad o incompetencia del gobierno en materia de reactivación económica y a la negligencia de la oposición de darle un “estate quieto” al gobierno en sus devaneos e improvisaciones en la agenda de extraordinarias, que tendrá Alvarado hasta el 31 de julio el manejo a placer.
Si consideramos que vienen los meses álgidos para la campaña electoral, y con ello vendrán en aumento las ausencias (justificadas por “motivos personales”) de los diputados que tienen un interés directo en ser candidatos presidenciales o indirecto para quienes necesitan mover sus grupos dirigenciales a favor de uno u otro o para apoyar a futuros candidatos a diputados, la presión que ejercerá Alvarado para sacar adelante su agenda, la presión que ejercerán los sectores opositores a ambos proyectos que se trasladará sobre los diputados, la presión que ejercerán los candidatos ya elegidos sobre sus fracciones pidiendo que se aparten de proyectos impopulares, pues me preguntó aplicando esa visión reduccionista de ganadores y perdedores del primero de mayo: ¿de verdad el PLN ganó?, ¿perdió el PAC y quedará excluida y enviada al exilio este último año?…
Yo la veo vivita y coleando, muy cómoda gracias a Liberación Nacional, a Restauración Nacional que se mueve a conveniencia y al PUSC por su falta de capacidad para articular su oposición…
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