Es difícil evitar mencionar las características que hacen sobresalir a cuatro de los líderes políticos más populares en el Continente Americano y el orbe.
Así es, le arda a quien le arda, brinque quien brinque y llore quien llore, Donald John Trump, Javier Gerardo Milei, Nayib Armando Bukele Ortez y Rodrigo Alberto de Jesús Chaves Robles; vinieron a romper paradigmas y estilos de gobierno “enmohecidos” y carentes de compromiso social. ¿Cierto? Ya muchos medios estadounidenses les llaman “the outsiders”.
Pregunta, ¿por qué estos nombres están llamando la atención? En nuestro país, ¿por qué antes no hubo un gobernante que impusiera un estilo que trajera contundentes cambios y despertara el interés por su peculiar forma de ejercer el poder?
Las preguntas anteriores nos llevan, definitivamente, a un punto de coincidencia, consecuencia de la característica más fácil de identificar en el electorado de los países que “procrearon” a estos personajes: “el hartazgo y decepción de los políticos tradicionales”.
Un detallazo, ninguno de los actores mencionados, “necesitaron el padrinazgo o la inyección de capital para ganar sus campañas electorales”. Como diría mi papá, qdDg, “no le deben favores a nadie”.
Es definitivo: “la gestación de nuevos líderes con características similares, son los que estarán en la mira de los votantes, siempre y cuando sus administraciones sean honestas y en procura del bien común”.
Si usted estimado lector, fuese ciudadano de algunos de los países cuna de los nombres mencionados, ¿estaría en la lista de los que eligieron a los gobernantes descritos? Yo, sin duda alguna, hubiese votado por Trump, Bukele y Milei. Pareciera que los países que albergan a estos políticos experimentan actualmente una polarización extrema, poseen figuras con valentía para decir las cosas que muchos deseaban oír y nunca antes nadie se atrevió a decir, gobernantes que están haciendo y hablando menos. En otras palabras, desecharon la receta de siempre, “atolillo con el dedo”.
Si bien es cierto que los deslices de Trump lo obligaron a enfrentar situaciones que cualquier otra persona no lograría superarlo; la fuerza de voluntad y su objetivo de regresar al poder, hizo que el hoy presidente electo de los Estados Unidos, luchara hasta el final, para comprobar que NO es “monstruo que quisieron venderle al mundo”.
La tarea para el norteamericano no es fácil, una economía golpeada por el desempleo, un estado cada vez más propenso fortalecer dependencia ciudadana en las ayudas gubernamentales, un papel desteñido en los conflictos bélicos actuales y la herencia de un Presidente ambivalente ante temas ¨calientes¨ como la inmigración, deportación y narcotráfico, hace que Trump llegue como el “salvavidas” en esos temas.
Ojo, si el expresidente y próximo inquilino de la Casa Blanca falla en cumplir con lo prometido, la factura que pagarán los líderes Republicanos, será “bien cara”.
Los “fenómenos y excéntricos políticos”, Milei y Bukele, también están destinados a cumplir y punto. Milei poco a poco, va mejorando los indicadores de la maltratadísima economía argentina. Su discurso de modificar y cambiar lo “podrido” y “eliminar los horrores de la casta”, lo han hecho fortalecer su imagen. Por ejemplo, bajó la inflación del 25% a 8,8% sin control de precios, cerró el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidades, eliminó el lenguaje inclusivo, se eliminaron intermediarios en planes sociales y bajó 1.000 puntos el Riesgo País entre muchos otros aciertos y promesas cumplidas.
De Bukele, podemos mencionar que la realidad del cambio en El Salvador salta a la vista. Los índices de delincuencia más bajos de Latinoamérica, un país ya hoy aparece en las listas top de los más seguros y una economía que empieza a recibir inversiones impensables 8 o 10 años años atrás, deja de manifiesto que cuando el pueblo experimenta cumplimiento y solidaridad, el respaldo es el pago inmediato.
En nuestro país no estamos lejos de ver una historia similar. Rodrigo Chaves Robles está dejando huellas muy sanas y descartando por completo las “cicatrices de la corrupción y la mala gestión”. Costa Rica sufrió los embates de gobiernos ineficientes, deplorables y nefastos en las más recientes tres décadas.
Lo curioso de la etapa histórica que está plasmando el actual gobierno (USA no ha logrado posicionar una dama “in the white house”), será la proyección que tienen en este momento, las posibles postulaciones presidenciales de varias mujeres para la elección del 2026.
Hoy junto a la ministra Laura Fernández Delgado y la exdiputada y exministra Natalia Díaz Quintana como las más respaldadas por la opinión pública, el PLN empieza a asomar la cabeza de la exdiputada y expresidenta de la Asamblea Legislativa, Silvia Vanessa Hernández Sánchez. ¿Será que el PLN recargará en una mujer, la durísima tarea de paliar los síntomas del mal crónico causado por el deterioro, la decepción y la poca credibilidad?
Es importante entender que la historia política de los países y personajes citados hoy en este espacio, experimentarán un antes y un después muy evidente. Una pregunta de tarea: si el balotaje de la próxima elección fuese mañana, y las finalistas acreditadas son Laura Fernández Delegado y Natalia Díaz Quintana, ¿por quién votaría? Agradeceré su opinión al correo aquí citado. De lo anterior y más hablaremos la próxima semana, Dios primero.
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El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales. Analista político internacional. Además elabora procesos de capacitación política, desarrollo comunal y administración. maumazu208@gmail.com.