Cuba bajo reformas: Fuera de la revolución, nada

El pasado 21 de julio fue aprobado por la Asamblea Nacional de Cuba el anteproyecto de la nueva constitución creada por la comisión de reforma del gobierno encabezada por Raúl Castro y el recién nombrado presidente Miguel Díaz-Canel.

Esta vez, el régimen ha prometido una reforma completa, reemplazando las anteriores reformas parciales hechas a la actual Constitución de la era soviética de 1976 en 1978, 1992 y 2002. Tristemente, sin embargo, hay pocas razones para creer que esta incluirá alguno de los cambios reales que los cubanos necesitan desesperadamente.

En este anteproyecto, el Artículo 21 reconoce por primera vez otras formas de propiedad como las cooperativas, la propiedad mixta y la propiedad privada, lo que puede constituir un cambio importante en comparación con el documento de 1976, que sólo reconoce la propiedad estatal y las cooperativas agrícolas. Sin embargo, las expectativas de una apertura económica real siguen siendo poco claras.

El mes pasado, el gobierno publicó una serie de regulaciones que refuerzan el control sobre los trabajadores autónomos y aumentan las posibles multas, incluyendo la confiscación de propiedades. Mientras que en los últimos meses, las licencias comerciales de los trabajadores no estatales se han reducido, según Reuters, impidiendo arbitrariamente que más ciudadanos entren en el sector del comercio no estatal.

El sistema económico mantendrá como principios esenciales la propiedad socialista de los medios de producción fundamentales por parte del Estado y la economía de planificación central. Además, el gobierno reconoció el papel del mercado y de la inversión extranjera como una necesidad y un elemento importante del desarrollo de la isla, en el intento de atraer divisas para aliviar la endémica crisis económica que vive el país desde la caída del bloque socialista y que podría agravarse si la inestabilidad aumenta en Venezuela, su principal aliado y financiador.

Lamentablemente, no se esperan cambios en cuestiones básicas de derechos humanos, libertad de expresión, libertad de asociación o libertad de prensa, mientras que la represión de los periodistas independientes y los disidentes políticos ha aumentado drásticamente en los últimos meses. Según la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN), más de 1438 casos de detenciones arbitrarias de ciudadanos fueron reportados en la isla entre enero y junio de este año.

El régimen aumenta también en esta nueva reforma el control y la represión de los artistas a través del Decreto-Ley 349, que regula de manera más arbitraria cualquier actividad relacionada con el arte, manteniendo así un mayor monopolio de la cultura para evitar cualquier manifestación artística disidente, como fue el caso de la Bienal 00, la primera convención de arte independiente en la isla que tuvo lugar en mayo de este año.

A pesar del aparente rechazo de esta parte de la reforma constitucional por parte de la dirección del Partido Comunista, se aprobó la definición legal del matrimonio como la unión de dos personas, sin especificar el género, lo que abre las puertas para una futura legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Tristemente, el pueblo que, junto con los hermanos Castro y Che Guevara, creó los campos de trabajos forzados cubanos -a los que enviaron a miles de homosexuales, religiosos, disidentes políticos y artistas al inicio de la revolución socialista (los llamados UMAPs)- son los mismos que hoy siguen en el poder, y que van a decidir el futuro de los derechos del pueblo que un día reprimieron salvajemente por no encajar en la visión castrista de la revolución.

Se mantendrá el artículo 5 de la Constitución, que consagra la dirección unilateral del Partido Comunista, y el “carácter irrevocable del socialismo”, impuesto por Fidel Castro a principios de este siglo para evitar una transición desde dentro del sistema.

Es bastante obvio que el régimen no está planeando ningún cambio político drástico en un futuro cercano, pero, ¿por qué están fingiendo un “cambio histórico”? Porque al régimen le interesa dar al mundo la impresión de que está llevando a cabo reformas, ya que alivia un poco la presión que podría recibir del exterior. Grupos de investigación disidentes cubanos como Estado de Sats argumentan que en realidad se están produciendo cambios políticos para consolidar la dinastía castrista. El hijo de Raúl, Alejandro Castro Espín, que por ejemplo, está a cargo de la contrainteligencia cubana, mientras que el ex yerno dirige una enorme empresa militar.

Ninguno de estos temas fue objeto de debate público mientras los electores trabajaban en su borrador. Ni siquiera fue posible descubrir lo que se debatió a puerta cerrada, y a los ciudadanos, que no forman parte de este complejo proceso de reforma, no se les permitirá elegir el futuro de su propio país, como es costumbre en la isla desde hace casi 60 años.

El régimen, subordinando las necesidades del país a una ideología y a su preservación del poder, ha optado por una reforma “dentro de la revolución” y, una vez más, se llevarán a cabo cambios cosméticos en Cuba con el objetivo de limpiar la imagen del régimen totalitario de la isla a los ojos del mundo.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@nuevo.elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

Últimas noticias

Te puede interesar...

Últimas noticias