¿Cuánto podemos confiar en las Auditorías Internas del Sector Público Costarricense?

Tenía aproximadamente un mes de trabajar en una Entidad Autónoma del Sector Financiero en Costa Rica. El puesto requería contacto directo con títulos valores. Era emocionante para un estudiante universitario de primer ingreso, interino, feliz de que su primer salario formal alcanzara pagar los estudios universitarios (y algún gustillo por ahí).

Un viernes por la tarde mi jefe, un servidor público con varias décadas de experiencia, reunió al equipo en su oficina e hizo el anuncio oficial: “El lunes viene Auditoría”.

En ese momento no entendí la reacción… por alguna extraña razón, los más experimentados del equipo palidecieron, sonrojaron, sonrieron nerviosamente o hicieron alguna mueca despectiva, apartando la mirada del centro de la reunión. “Auditoría” parecía ser un mal presagio para ellos.

Durante las siguientes dos o tres semanas el equipo de Auditoría estuvo con nosotros. Observaron nuestro trabajo y tomaron evidencias. Una tarde, me hicieron preguntas durante varias horas. La verdad es que usé los nervios para mi beneficio: Me preparé bien para responder las preguntas de la forma más profesional posible. Me vestí a la altura de la responsabilidad. Lo tomé con toda la seriedad del caso. Auditoría era, para mí, un momento de demostrar que en esa Unidad las cosas se hacían bien, profesionalmente, que podían confiar en mí y en el equipo que gestionaba esos documentos y valores… y, bueno, sinceramente también quería lucirme y que me vieran como sujeto potencial para una promoción laboral.

La calificación de la Auditoría fue “suficiente”. Si recuerdo correctamente, se “pelearon” algunos puntos para que llegara a un 70%. Hubo algunas recomendaciones de mejora. Algunas se aplicaron y otras no. Realmente no entendí cuál era “el susto”.

Esa fue mi primera experiencia con una Auditoría Interna en el Sector Público. Eso fue hace muchos años. Al menos dos cambios importantes han sucedido desde entonces en la forma de aplicar Auditoría y Control Interno en el Sector Público, incluyendo pero no limitándose a la publicación de las NORMAS GENERALES DE AUDITORÍA PARA EL SECTOR PÚBLICO (2009 y 2014).

Traigo el tema a colación porque es claro que, en los últimos años se ha notado un aumento significativo en la cantidad y magnitud de casos cuestionables, en los cuales podría alegarse corrupción y/o nepotismo y que, aparentemente, han sido gestionados a lo interno de las Instituciones Públicas, Autónomas, Semi-Autónomas y otras ligadas a la estructura del Gobierno Central.

Existen tres tipos de Auditoría: Financiera, Especial y Operativa. Estas auditorías son ejecutadas por personal interno de la institución. Es de esperar que el personal que participa en el proceso de auditoría en el sector público debe tener formación, conocimientos, destrezas, experiencia, credenciales, aptitudes y otras cualidades y competencias propias del tipo específico de auditoría a realizar y que lo faculten para el ejercicio de sus funciones.

Pareciera justo preguntarnos: ¿Qué pasó con las Auditorías Internas en esos casos?¿Cómo no se dieron cuenta? ¿Por qué no dijeron algo? ¿Se auditó los departamentos de Compras y/o Proveeduría? ¿Qué hallazgos resaltaron durante la observación de campo?

También pareciera justo preguntarse: ¿Hubo alguna persona que levantara la mano? ¿Alguna persona reclamó, cuestionó o denunció ante Auditoría Interna alguna anomalía? ¿Existe alguna línea de comunicación segura, confidencial y que garantice libre expresión a quien quisiera denunciar o cuestionar un acto poco común y/o cuestionable?

Hay otras preguntas importantes que afloran:

¿Será que las personas honestas que sirven en el sector público sienten el mismo temor, la misma opresión, la misma desconfianza hacia el sistema que las emociones narradas por víctimas de acoso y/o agresión sexual narradas en redes sociales con la etiqueta #WhyIdidntReport?

¿Será que un desempleo superior al 10% hace que las personas buenas, honestas y trabajadoras del sector público prefieran callar para conservar su estabilidad laboral?

¿Será que se ha normalizado el silencio, la indiferencia y la ocultación como una especie de “síndrome de Estocolmo”?

¿Qué acciones específicas podrían tomar las Autoridades de Auditoría Interna en el Sector Público Costarricense para asegurar y recobrar confianza de las personas que sirven en sus Instituciones, para asegurar que la denuncia no tendrá consecuencias para el denunciante y que la impunidad, corrupción y nepotismo NO tiene parte en nuestro sector público, y para recuperar la confianza de la población civil en que nuestros impuestos están bien administrados?

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