Hay situaciones que no tienen lógica. Los egos están por encima de las necesidades de las personas. Si. De esos seres humanos de carne y hueso que cada día tienen necesidades. ¿Cuáles? Pues todos, pero especialmente los vulnerables.
Se necesitan recursos para atender la deuda pública, el déficit fiscal, los programas de salud de la CCSS y el Plan Proteger. El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprueba un préstamo a Costa Rica para comprar deudas en mejores condiciones. Se resume en comprar deuda vieja con deuda nueva en mejores condiciones de tasas y plazos. El gobierno se demora para enviar el préstamo a la Asamblea Legislativa por ninguna razón atendible. Los diputados y diputadas no reciben mayor explicación del Ejecutivo, pero se les urge la aprobación porque se argumenta que es la llave para un segundo crédito del organismo internacional. Pero nada tiene que ver un empréstito con el otro.
Se genera desconfianza de parte del Ejecutivo y algunos diputados cierran espacios de diálogo. El Ejecutivo tiene la obligación de explicar y los diputados la obligación de escuchar. El Ejecutivo se pone de acuerdo con las fracciones que hacen mayoría y dejan por fuera del diálogo a los minoritarios.
El crédito se aprueba con 37 votos a favor y 15 en contra. Debió aprobarse por unanimidad. Pero los canales de comunicación están sucios. Hay que limpiar la basura. Faltan personas que fomenten el diálogo y la negociación prístina.
El deber es de ambas partes. El segundo debate requiere 38 votos. El ejercicio del diálogo puede lograr la votación unánime, si los egos abren el camino.
La responsabilidad de iniciar el proceso de negociación recae en el Ejecutivo. Los diputados y diputadas deben anteponer el interés del país y no a las vanidades.
Las condiciones existen y la ruta es clara. Manos a la obra.
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