La convulsión social que nuestro país vivió semanas atrás, cuando un sector del pueblo se lanzó a las calles para manifestar su descontento, marca una señal latente del hastío por las políticas inadecuadas impuestas por el actual gobierno.
Si bien es cierto, el llamado al diálogo solicitado por los protagonistas del descontento ejerció un ligero giro en el brazo del presidente Alvarado, la Mesa de Diálogo Nacional Multisectorial no logró satisfacer las expectativas que vislumbró la vitrina del ejecutivo.
Expertos que participaron en dicha mesa continúan señalando las debilidades post-diálogo. La gran cantidad de propuestas recibidas, los temas como elusión, evasión fiscal, políticas tributarias, solo por mencionar unos cuantos; no recibieron el desarrollo esperado. La cautela de todos los sectores involucrados fue la tónica en este encuentro. No pretendemos analizar los resultados, pero se evidencia que cada quién cuidó “su finca”.
La urgente necesidad de atención a los problemas que ahogan nuestro país, “discutidos” en dicha mesa, es una radiografía que sirve de insumo a los partidos políticos, para marcar el rumbo de sus propuestas de gobierno de cara al 2022.
Los aspirantes presidenciales tienen la obligatoriedad hoy más que nunca, de proyectar un proceso electoral más ágil y dinámico en su estrategia de divulgación. La credibilidad del electorado está minada por la decepción y sentimiento de frustración, agravada con los resultados de las dos contiendas más recientes.
En tiempos de crisis los índices de pobreza es el triste indicador del fracaso de la gestión gubernamental, la atención de este sector es prioritario en las propuestas a presentar, es un factor infaltable en la agenda solidaria. El consenso de los actores políticos en la atención de este flagelo, debe verse reflejado en la necesidad de unión de fuerzas que se podría plasmar en una coalición partidaria para la próxima elección.
Algunos medios de comunicación están brindando atención a las reacciones de sectores políticos, en torno al llamado hecho meses atrás por el expresidente Calderón de la urgente necesidad de formar una gran coalición centrohumanista para los próximos comicios.
En este espacio desde el inicio, empezamos a leer el escenario político y proyectamos que el tema de coalición no podrá evadirse y mucho menos ignorarse en la senda electoral. En nuestros “cafés virtuales”, algunas figuras políticas han expresado su inclinación a favorecer esta unión para elegir al sucesor del presidente actual.
Hay quienes mantienen la esperanza de que aparezca un liderazgo que arrastre el sentir y la urgencia de sacar al PAC del poder. Este servidor lo ve muy difícil. El tema será recurrente, y de seguro las conversaciones y las reflexiones al respecto salpicarán el tamal de este fin de año.
No podemos esconder que a un año y siete semanas, la aparición de otros actores invadirán la escena electoral, pero ¿cuáles partidos estarían dispuestos a coaligarse?
Podríamos pensar en una convención nacional dónde cada partido participante presente al electorado su candidato y el pueblo, en una votación abierta, elija al ganador. Este es el mecanismo más conocido.
Costa Rica está a la espera. La elección de los candidatos a diputado es el tema a consolidar. ¿Estará el costarricense dispuesto a participar con una opción de este tipo? ¿Habrá de verdad un entendimiento, dónde el interés nacional sobresalga al partidario? De esto y más hablaremos la próxima semana, Dios primero.
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Sobre el autor:
El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales. Asesor Legislativo, analista político internacional. Además elabora procesos de capacitación política. desarrollo comunal y administración. maumazu208@gmail.com
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