Costa Rica se prepara para las próximas elecciones

» Por Luis Fernando Allen Forbes - Director ejecutivo Asociación Salvemos El Río Pacuare

En el mundo moderno no puede hablarse de democracia sin cultura política. Por lo tanto alfabetizarse políticamente es necesario para no ser engañados, ni como individuos ni como pueblo. Esto supone aprender a distinguir entre el bien y el mal aunque la decisión que deba tomarse sea difícil aun con el riesgo de cometer errores.

La alfabetización y la educación son consideradas cimientos sobre los cuales se puede construir un mundo mejor. Se estima que las personas que saben leer y escribir están más capacitadas para elegir y llevar una vida más plena; son personas más libres, trabajadores más productivos y menos vulnerables a la pobreza.

Hace ochenta años, el escritor alemán Bertold Brecht definió al “analfabeto político” como el peor… el que “no oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pescado, de la harina, del alquiler, del calzado y de las medicinas… depende de las decisiones políticas.

Para los costarricenses, la democracia es la piedra angular de nuestra sociedad y su fortalecimiento y promoción de la buena gobernabilidad es una de sus principales tareas, para garantizar la paz, la seguridad, el desarrollo y la sostenibilidad de la misma.

La ineficacia en el poder, no es solo un asunto de los que gobiernan, sino responsabilidad de los ciudadanos. En esa tarea juega un papel determinante nuestro sistema educativo en todos sus niveles; en la escuela no se enseña a los jóvenes a pensar, ni a tener una actitud crítica frente a su realidad.

En la universidad se cree que esta el espacio para el debate, pero en muchas ni siquiera se promueve. Pareciera que el único interés es el de producir sumisos en masa para el mercado laboral, sin una posición política definida.

Debemos entender que la política es inherente a la actividad humana en tanto el sujeto se desenvuelve entre la humanidad y juntos, conforman una comunidad de intereses, que se hacen complejos en tanto desarrollan relaciones de diversa índole.

Alfabetizarse políticamente es dar un paso a favor de la libertad para decidir lo correcto y no llevar a cabo lo incorrecto. Mantenerse al margen por no comprender su complejidad es seguir siendo analfabeta y flojo, lesionando e impidiendo el progreso de la sociedad a mejores horizontes de justicia y paz.

Es aquí donde los ciudadanos retomarán las riendas de sus vidas y su decisión para controlar el sufragio y abandonar su invisibilidad, para ser quienes realmente se vean beneficiados.

La ignorancia política por su lado conduce al subdesarrollo, pobreza, desigualdad, exclusión e inequidad social. De tal manera, que todo cambio social debe estar fundado en la cultura política.

Finalmente, basta de quejas que se lleva el aire, basta de buscar culpables, porque para que las cosas cambien, es necesario hacer cambios, ser diferentes y no seguir con los mismos esquemas.

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