La actual crisis ha desnudado problemas estructurales en nuestro sistema recaudatorio y de gasto público. Un primer paso para enderezar el desequilibrio de las finanzas públicas es reorientar nuestro sistema tributario hacia uno más progresivo, en donde se aborde decididamente el grave problema de la evasión en el pago de impuestos.
Esta evasión se ha concentrado tradicionalmente en los sectores de mayores ingresos y el Ministerio de Hacienda, mediante el proyecto Hacienda Digital marca el camino hacia la transformación, modernización y digitalización de la gestión que se realiza en el país para facilitar el pago de impuestos, así como contar con mejores herramientas para luchar contra la evasión fiscal, mejorar la eficiencia del gasto público y la gestión de la deuda, para brindar un mejor servicio al ciudadano.
Por primera vez en su historia, el Ministerio de Hacienda podría contar con los recursos requeridos para su transformación y garantizar a la nación mejores controles contra la evasión y una mayor eficiencia en el uso de los recursos públicos.
Costa Rica tiene una urgente necesidad de aumentar su recaudación fiscal, en el corto plazo, y evitar un excesivo empeoramiento de la situación fiscal en términos de déficit y deuda pública; y contar con recursos que permitan implementar un verdadero y decidido plan de recuperación económica.
Este plan debe enfocarse en los sectores más vulnerables y en las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) que son aquéllas con mayor potencial de creación de empleos y de estimular la demanda agregada, ya que proveen el 96,8% del total de los puestos de trabajo, según el MEIC.
En el mediano plazo, Costa Rica necesita aumentar la provisión de bienes públicos en el ámbito de pensiones, salud y educación, corregir los fallos de mercado de las externalidades ambientales y, en definitiva, re-direccionar instituciones que potencien y complementen la iniciativa privada.
En una perspectiva de más largo plazo y tal como ha quedado en evidencia en la pandemia, resulta fundamental contar con “ahorros precautorios”, en la forma de Fondos Soberanos. Ellos inciden en una mejor posición financiera para el país a la vez de representar recursos “de última instancia” frente a shocks o situaciones excepcionales, coadyuvando a mantener una posición fiscal saludable.
Está claro, según la opinión de algunos líderes empresariales, Costa Rica debería imitar el modelo económico de los países nórdicos, entre los que se destaca a Finlandia y reorientar esfuerzos para qué nuestra economía camine hacia una estructura productiva de mayor complejidad a partir de una relativa abundancia de recursos naturales.
Por último, estos países lograron encontrar un equilibrio entre la iniciativa privada y las acciones estatales, comprendiendo que son complementarias más que sustitutas, siendo capaces de construir las bases de una economía fuerte y sólida con un gran sistema de seguridad social.
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