Nuestro país, tradicionalmente reconocido por su paz, su biodiversidad y su compromiso ambiental, enfrenta hoy una serie de retos que demandan acciones concretas. Los avances logrados en décadas pasadas son innegables, pero nuevos desafíos requieren estrategias bien planteadas para que Costa Rica siga siendo próspera, justa y sostenible. Es mi interés destacar los siguientes puntos que permiten tener una visión de los Retos.
Desigualdad y economía: un país que debe ser más inclusivo
La desigualdad económica sigue siendo una herida abierta. Con un índice Gini de 49,2 en 2024, Costa Rica es uno de los países más desiguales de la OCDE. Además, la pobreza afecta a más del 20% de la población, lo que refleja que el crecimiento del país no ha beneficiado a todos por igual.
Es clave fortalecer políticas inclusivas que generen empleo de calidad, mejoren la movilidad social y cierren la brecha entre quienes más tienen y quienes menos.
Educación: un motor clave que pide cambios urgentes
La calidad educativa es un desafío prioritario. La caída en las calificaciones en las pruebas PISA es una alerta para modernizar el sistema educativo. Necesitamos metodologías que enseñen pensamiento crítico, creatividad y habilidades tecnológicas, además de capacitar a los docentes y ofrecer recursos digitales que preparen mejor a las nuevas generaciones.
Cambio climático: una amenaza que exige resiliencia
Más del 78% de los costarricenses se considera en riesgo por el cambio climático. Las inundaciones, sequías y deslizamientos impactan la economía, el turismo y la agricultura. Por eso es urgente fortalecer la resiliencia climática mediante inversiones en energías limpias, manejo de recursos hídricos y protección de los bosques que nos brindan servicios ambientales esenciales.
Sostenibilidad fiscal y estabilidad económica: blindar el futuro
La deuda pública representa cerca del 62% del PIB en 2024, y aunque ha disminuido levemente, sigue siendo una carga para las finanzas del Estado. La consolidación fiscal es imprescindible para garantizar inversiones en salud, educación y seguridad sin comprometer la estabilidad económica. Asimismo, es urgente diversificar la economía e incentivar sectores como tecnología, servicios digitales y turismo sostenible.
Infraestructura y transparencia: fortalecer los cimientos del progreso
La inversión en infraestructura cayó un 31% entre 2020 y 2023, y el gasto en mantenimiento se redujo en un 45%, generando carreteras deterioradas, transporte ineficiente y mayores costos a largo plazo. A esto se suman casos de corrupción como el “Cochinilla”, que minan la confianza ciudadana y afectan la reputación del país.
La transparencia y la rendición de cuentas son vitales para que cada proyecto sea bien planificado, ejecutado con eficacia y supervisado para que los recursos sean bien invertidos en beneficio de la población.
Salud: un sistema en tensión que debe reinventarse
La salud es otro gran desafío para el futuro del país. La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), pilar del sistema de salud, enfrenta una presión sin precedentes:
La proporción de adultos mayores de 65 años se duplicará en los próximos 20 años. Actualmente, el 11% de la población es mayor a 65 años, y en 2045 superará el 22%.
La CCSS atiende más de 7,7 millones de consultas anuales en su red hospitalaria y de atención primaria. La lista de espera quirúrgica supera los 180.000 pacientes, y el tiempo promedio para una cirugía puede llegar a más de 300 días.
La presión sobre el sistema es clara: aumentan los gastos en medicamentos, cuidados crónicos y especialidades geriátricas, mientras que la base de cotizantes disminuye por los cambios demográficos. Para que la CCSS siga siendo sostenible y de calidad, es urgente priorizar la prevención y promoción de la salud, fortalecer la atención primaria y modernizar su infraestructura y tecnología.
Construyamos el futuro juntos
Los retos que enfrenta Costa Rica son profundos y entrelazados. Sin embargo, también representan una oportunidad para replantear prioridades y transformar el país. Con una educación moderna, una economía inclusiva, un compromiso ambiental firme, una infraestructura sólida y un sistema de salud renovado, Costa Rica puede mantenerse como un ejemplo para la región.
Se requiere la participación y responsable de todos los sectores gobierno, empresas, sociedad civil y ciudadanía para construir un futuro que sea más justo, resiliente y próspero para las generaciones actuales y futuras.