Por Juan Carlos Alvarez Olaso
Días atrás miraba un video en Youtube donde el aún candidato a diputado Fabricio Alvarado defendía la gestión del ex diputado Avendaño y con orgullo decía que iba a seguir su legado. Hoy que el sr. Alvarado es diputado se me eriza la piel de que estos personajes alcancen cargos de tanta relevancia y que su agenda anti-progresista y creencias personales puedan convertirse en política pública, entorpeciendo el debate, legislando sin proponer y pretendiendo que no se realicen los cambios que el país necesita.
Y me pregunto por el legado del sr. Avendaño y otros personajes que tanta vergüenza le ha ocasionado al país como el sr. Orozco en la comisión de derechos humanos en el anterior gobierno haciendo lobby de la agenda conservadora del PLN sin que este se ensuciara las manos.
Hoy por hoy en la actual Asamblea Legislativa tenemos una coalición anti-progresista formidable, con 4 diputados de partidos confesionales y el sr. Oscar Lopez del PASE, que pretenden abordar temas como sexualidad, salud y derechos reproductivos desde sus posiciones extremas, llenas de pseudo ciencia y con influencia religiosa, eso sin contar que dentro de los partidos laicos igualmente existen diputados que comparten esas posiciones extremas o que se valen de ellas para lograr réditos en otros proyectos, lo que hace necesario la modificación del reglamento de la AL para saber cómo es que votan los diputados y reflejar quién es quién y no poner a otros a ensuciarse la cara como con todo gusto lo hacia el sr. Orozco en el pasado gobierno para el PLN.
Iniciando este 2015 sigue pareciendo un mal sueño que Costa Rica siga siendo un estado confesional, cuando el mismo papa Francisco con visión moderna y valor afronta los cambios y aboga por la laicidad de los estados.
Un estado laico no es un estado ateo como han querido hacer creer la Iglesia Católica costarricense y la experiencia lo confirma, la mayoría de países de América Latina son laicos y existe un mutuo respeto, pero si hay que ser claro un estado al reconocerse laico debe blindarse de injerencias religiosas en las políticas públicas en lugar de respaldarlas.
Costa Rica debe ser un estado laico y debe luchar para ello y para eso están ahí los diputados sensatos del PAC, FA, PUSC y PLN, ese anacronismo no se puede mantener más ya que condena al país a que los principios de las facciones religiosas más retrógradas en temas de sexualidad, salud y derechos reproductivos se sigan manteniendo en el tiempo como nefasta y tristemente acontece en la Costa Rica del siglo 21.
Los costarricenses tenemos derecho a que se garantice laicidad en todas las políticas públicas y no permitir que una minoría conservadora pretenda convertir en política sus creencias particulares como así lo proyectan los señores diputados de los partidos confesionales. Señores diputados de la AL y Gobierno de la Republica hoy es cuando, empieza el año, hagan su mejor esfuerzo, el país lo necesita!
