Consumo del alcohol en Turrialba preocupa a IAFA

» Por Luis Fernando Allen Forbes - Director Ejecutivo Asociación Salvemos el Río Pacuare

La población turrialbeña esta muy preocupada por el alto consumo de alcohol en las calles y ventas ambulantes por lo que está llamando la atención a la administración pública, fuerza pública, los productores de bebidas con contenido alcohólico, las ONGs, las representaciones sociales, los partidos políticos y a la sociedad en general para que tomemos conciencia de los riesgos sanitarios y sociales que conlleva el consumo excesivo de bebidas alcohólicas.

Esta claro que los empresarios locales no invierten en actividades de entretenimiento como teatros u otros que sean de crecimiento cultural y sano aprovechamiento. Al contrario la proliferación de bares ambulantes y pseudo formales, que funcionan sin horarios regulados, por cierto muy concurridos por jóvenes mayores de edad y muchos menores que asisten sin vigilancia y conocimiento parental.

Turrialba necesita intervención inmediata del Estado para enfrentar lo que se calificó como una enfermedad sistémica, a fin de dar forma a programas para rescatar a jóvenes con problemas de adicciones. La tarea por delante es definir el tipo de servicios que se brindarán, los responsables de la dirección y la participación de las instituciones del Estado y los organismos no gubernamentales.

Actualmente, los jóvenes expresan su preocupación, porque las políticas públicas destinan más recursos a la represión del delito y al sistema carcelario que a los programas de prevención y rehabilitación.

Hoy es el momento de actuar, no permitamos que esta dramática situación nos rebase, se cataloga como “uso de drogas” el consumo que no ha provocado daños físicos o psicosociales en el individuo. El “abuso” de estas sustancias ya implica un nivel de riesgo y un malestar importantes en la persona. Cuando se habla del abuso, se entiende que se encuentran presentes consecuencias físicas, sociales y psicológicas en la persona.

El problema de las adicciones toca muy de cerca a lo más valioso de la sociedad costarricense y de cualquier otra, los jóvenes. La finalidad del comentario es materializar esta preocupación como un problema de salud pública y que se pongan las bases para la prevención, antes de cruzar la línea sin retorno, y la rehabilitación, en el empeño por arrancar de sus garras a los jóvenes que han naufragado en las adicciones.

Finalmente, la juventud es una de las etapas más bellas de vida porque constituye un período lleno de oportunidades y cambios en el que van desplegando sus capacidades y facultades para aprender, experimentar, estimular su pensamiento crítico, expresar su libertad y formar parte de procesos sociales y políticos. El principal recurso para ayudar a un adolescente es la familia: estar ahí, hablar con él, interesarse por sus actividades, hacerle sentir bien consigo mismo y brindarle consejo son la mejor protección frente al riesgo de caer en las garras del alcohol o drogas en general.

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