Desde hace poco más de un mes, al rayar la una de la tarde, el gobierno nos tiene acostumbrados a llevar a cabo una conferencia de prensa, cuyo fin principal es divulgar oficialmente la situación del COVID-19 en el país y otros temas de interés gubernamental y supuestamente “público”.
Ya lo sabemos, a las 12:45 pm más o menos, emisoras de radio, televisoras y medios con páginas web, transmiten la conferencia.
Desde hace unos 15 días esas mismas conferencias dejaron de realizarse con la presencia física de periodistas en el lugar, sino que se llevan a cabo por medio de una transmisión que tiene a cargo el SINART, por lo que las consultas son enviadas a los periodistas de Casa Presidencial, quienes “filtran” dichas consultas a los jerarcas presentes en la actividad.
De esta manera los periodistas nos quedamos sin la posibilidad de realizar unos de los elementos básicos de nuestro trabajo: la repregunta. Eso, si contamos con “la suerte” de que nuestra consulta sea leída en la conferencia.
¿Existirá una mejor forma de controlar a la prensa y limitar la libertad de información que esta? ¿Filtrando preguntas y sin opción para repreguntar sobre un tema, cuando consideramos que la respuesta no ha sido satisfactoria?
¿Es a acaso que no había otra forma de proporcionar seguridad a los voceros de gobierno y a los trabajadores de la prensa, que la de impedirles estar en un mismo lugar, por espacio de dos horas como máximo?
¿Acaso los diputados tuvieron problemas para sesionar en un espacio más amplio como el Museo de Jade o el Auditorio Nacional? ¿O la plataforma Zoom, solo por citar una de varias, no nos puede facilitar el contacto directo entre la prensa y los portavoces de gobierno?
Lo peor del caso es que la mayoría de los periodistas hemos aceptado estas “condiciones” sin anteponer un solo “pero”, simplemente nos dijeron lo que iba a pasar y… nos quedamos callados.
Así fue como hace unos días, algunos diputados de oposición se quejaron de que las conferencias se habían convertido en un “show político”, incluso uno ellos fue más allá, al advertir que eran una versión del programa “Aló Presidente”, protagonizado por el exmandatario de Venezuela, Hugo Chávez, hace unos años atrás; ante una prensa impotente, porque todo lo que sucede está ahora bajo el control del Gobierno.
Hoy vemos como varios “líderes de opinión” se quejan de que las preguntas que se formulan en cada conferencia son repetitivas, “montadas” y que no tienen mayor relevancia… Se acabaron las preguntas incómodas y los típicos intercambios entre el político y el periodista, todo bajo la excusa de la “seguridad sanitaria”
Se acabaron los Consejos de Gobierno, los cuales ofrecían, luego de terminados, un espacio con la prensa; crearon una barrera entre el gobierno y los periodistas. En lugar de acercarnos por medios digitales, nos limitaron y… nos quedamos callados.
Cierro con la este extracto del editorial del medio español ABC, que ha rechazado seguir participando de este tipo de conferencias de prensa en ese país y fechado el 4 de abril de 2020:
“Nuestro compromiso es la libertad de información, puesta al servicio del ciudadano y del interés general, con respeto a la identidad editorial del periódico. Cientos de ciudadanos están muriendo cada día, millones de españoles están perdiendo sus empleos, confinados en sus hogares, muchos de ellos en condiciones muy penosas. No es el momento de participar en una parodia de transparencia informativa, sino de dejar claro que no aspiramos a la palmadita del poder, sino a conservar la confianza de nuestros lectores”.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.