ESENCIA - COLUMNA DE OPINIÓN

Comparecencia y proceso electoral

La RAE define comparecencia así: Acción de comparecer. Personación de una parte en un proceso.

Como se esperaba el día de ayer solo se habló de la “comparecencia” del presidente Carlos Alvarado Quesada ante la comisión legislativa que investiga la creación y manejo de la UPAD. Para muchos un “circo” o “show” que, definitivamente, se utilizará como ingrediente en el platillo electoral. Los que vimos parte de la misma, extrañamos la ausencia de procedimientos coherentes en torno al objetivo: preguntar y responder.

No cabe duda que esta oportunidad no la desaprovecharían aquellos que desean figurar y enviar mensajes electoreros (CAQ incluido) a la ciudadanía. Hubo diputados que muy bien establecieron conceptos para manejar un discurso congruente. Aparecieron también otros que, con lo poco sesudo de sus intervenciones, hicieron mover los hilos de la “guasa” y el “acoso” en las redes. Diría mi tía Ángela QdDg: “para hablar y comer pescado hay que tener…”.

Pregunta: ¿qué se obtuvo con la rendición de cuentas del presidente?, ¿nada? Es claro que un aporte no vinculante es lo único provechoso en dicho proceso, así como la falsa sensación de una rendición de cuentas, que podría “teñirse” de interrogatorio en el marco de un “juicio político”. Lo que si se evidenció es la capacidad del mandatario (algunos lo paraban en seco o le decían “no se me enoje presidente…) para “evadir las preguntas”, o sea “quitarse el tiro”. Evidenció no tener respuesta en algunos tractos de la investigación. Resaltamos la norma establecida por las diputadas Hidalgo y Vega, su misión: salir en defensa del presidente. El constante deseo reprimido de tener el control de la Presidencia de la comisión, hacía que “por el orden” intervinieran solicitando a la diputada presidente controlar los “abusos e irrespeto a la investidura presidencial”.

Esta comparecencia nos hizo recordar que la imagen de aquel que figura como posible “culpable o inocente”, puede verse beneficiada o dañada dependiendo de quién exponga y maneje las herramientas y recursos tecnológicos de la información y conceptos sociológicos de un evento como este.

Recordemos que el ciudadano Carlos Alvarado Quesada está inmerso en un proceso judicial. Si la fiscalía, por ejemplo; en su investigación establece la existencia del delito de prevaricato, la exposición de pena máxima sería de 6 años cárcel. Esto sin contar la posibilidad de otros delitos.

No pretendemos emitir un criterio si es o no responsable el presidente Alvarado, para eso están los tribunales de justicia. Lo que sí es reprochable es la constante y reiterada seguidilla de hechos que evidencian el poco control, entre ellos; la firma y seguimiento de directrices importantes del Poder Ejecutivo. Ayer reconoció el presidente que no leyó el decreto para la creación de la Unidad Presidencial de Análisis de Datos, UPAD.

La especulación de lo que pudo o no ser en el proceso de recolección de indicios en la investigación, genera incertidumbre en los costarricenses. A un año prácticamente del allanamiento en Casa Presidencial, el secuestro de teléfonos del presidente y computadoras, hoy se sigue cuestionando a la fiscalía su “tardanza” en aparecer. Recordamos que llegó primero la defensora de los Habitantes que la Fiscalía. Era recurrente escuchar exclamaciones como: “ya borraron todo!!, seguro que ya no hay nada en esas computadoras y teléfonos”.

Resumiendo, si la reactivación económica, el desempleo y la atención de pandemia se convertirán en estrellas del próximo proceso electoral, el encuentro de apreciaciones y sentimientos de defensa y acusador, se presentarán en todos los debates de los sectores que se involucren en la divulgación y promoción de ideas y políticas a ejecutar, que expondrán los actores en ruta al 2022.

Definitivamente el camino a las elecciones presidenciales de febrero del 2022, está marcado por la duda e incertidumbre por lo atípico de la misma. ¡El costarricense está harto del engaño, sí una vez más harto de tanto vacilón!

Hemos visto a un presidente provocando y exponiéndose en la Plaza de la Cultura (¿se acuerdan?), lo hemos escuchado gritando en Guanacaste, se ha escondido cuando tiene que dar la cara y ahora no sabe cómo se produjo esta aberración llamada UPAD. Sí, ayer Costa Rica escribió una página más en su triste y negro libro escrito con tinta roja y amarilla.

La comparecencia de ayer concluyó con un Carlos Alvarado regañado por la diputada Franggi Nicolás (para este servidor le gritó e irrespetó) con argumentos algo certeros en algunas líneas, y muy débil en otras. Esperemos el informe de la comisión legislativa. ¿Qué sigue después del show? ¿Qué pasará con muchas otras investigaciones que la Fiscalía tiene engavetadas? ¿Será que estas investigaciones adquieren también el título de protagonistas en la campaña electoral?  De esto y más hablaremos la próxima semana, Dios primero.

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Sobre el autor:

El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales. Asesor Legislativo, analista político internacional. Además elabora procesos de capacitación política. desarrollo comunal y administración. maumazu208@gmail.com

Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.

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