Señor Presidente, reconozco sin duda alguna los resultados que se dieron en las votaciones de abril del 2018. Usted ganó las elecciones de forma contundente. Por ser un demócrata consciente, no puedo respaldar ninguna acción en su contra, que venga a alterar el orden constitucional establecido, ya que defiendo y promociono la auténtica Democracia, desde hace mucho tempo.
No obstante mis convicciones democráticas y mi respeto a su investidura, no dejo de expresarle, Señor Presidente, con mucho dolor patriótico, mi profunda preocupación por lo que ha estado pasando en Costa Rica durante la gestión de su gobierno. El nombramiento de algunos ministros, la labor que ellos vienen desarrollando y el rumbo que le están dando a su administración ministerial, vienen dejando una estela de incertidumbre y malestar en varios sectores de nuestra sociedad, lo cual está alterando el orden jurídico y social que ha regido la convivencia y paz de la población costarricense.
Sin embargo, lo que más me ha preocupado, son las reacciones de la ciudadanía costarricense ante las diferentes acciones suyas y de sus Ministros, las que han causado malestar, desesperanza, indisposición hacia usted y su gabinete; reacciones que se materializan en los graves acontecimientos, en calles y carreteras, de las últimas semanas, los cuales ya tienen ribetes de violencia poco frecuentes en este país.
Todos estos acontecimientos que están pasando, siento yo, se deben a dos razones fundamentales: la primera tiene que ver con las expectativas que usted mismo había generado cuando afirmaba por ejemplo; “llevar banda ancha y equipos a todas las escuelas del país, incluidas las escuelas rurales” y su Ministro sale con “los baños neutros”, conociendo usted y él mismo, el estado de la infraestructura de muchas escuelas en Costa Rica. O cuando hablaba; “de cultura de respeto y de igualdad entre niños y niñas”; entendía yo que se refería a todos los niños de Costa Rica y no a algunos niños y niñas de nuestro país. Recuerda su discurso de triunfo cuando: “Llamó a la unidad nacional y aseguró que trabajará para evitar exclusiones”; pues resulta ser que la ciudadanía percibe que usted excluye, cuando no se reúne con los pescadores, por ejemplo. Y dijo también; “Lo que ofrezco es trabajar, trabajar y trabajar duro para y por Costa Rica, por todas las personas, por todas las familias y por todas las provincias”, cosa que no se percibe por ninguna parte. Las encuestas lo reflejan sin discusión
La segunda razón, a mi juicio, es que todo lo que está aconteciendo en nuestra sociedad en los últimos días es completamente de su responsabilidad como cabeza del Poder Ejecutivo. Usted pareciera sigue en campaña y no tiene necesidad de hacerlo. Claramente sigue manifestándose con predilección hacia las minorías que le dieron su triunfo y esto no es absolutamente necesario. Produce mucha fricción.
No lo vemos a usted actuando como un Presidente de todo un pueblo tal y como lo manifestó usted mismo, sino más bien lo vemos, reiterando una y otra vez derechos de minorías con lo que le aseguro a usted, la mayoría de los costarricenses estamos totalmente de acuerdo.
La impresión que tenemos como ciudadanos, es que usted está gobernando para algunos y no para todos los costarricenses y la responsabilidad de esa percepción es toda suya, por sus actuaciones, por su discurso y por la defensa suya a ultranza, de algunos protegidos suyos.
Reitero que, y a diferencia de cómo lo exponen algunos medios de que lo que acontece en Costa Rica se debe a extrañas alianzas de diferentes grupos, etc, etc; las causas de la zozobra, desazón, pérdida de confianza en usted y su gestión, recaen exclusivamente en su persona como Presidente de la República, por sus decisiones, resistencia al diálogo democrático, orgullo y prepotencia; así es como lo percibe la gran mayoría de la ciudadanía.
Demuestre con hechos, con humildad, que es el Presidente de todos, le sugiero empezar con la destitución de su Ministro de Educación, causante del levantamiento y protestas de estudiantes, preocúpese de como reactivar la economía, hable con los empresarios del turismo, escuche a los transportistas, escuche a la ciudadanía, a los agricultores, etc. Interprete el sentir de todos los ciudadanos, gobierne para todos, haga que los costarricenses lo sintamos. Así evitará desorden y caos y estará haciendo un bien a Costa Rica, el pueblo quiere vivir en paz y progreso.
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