Por Luis Diego Valverde Quesada (*)
Como joven que soy, sé muy bien que la juventud costarricense vive un desencanto y una falta de credibilidad por la democracia, quizás si eres joven pienses muy parecido a mí:
“¿Cómo no estar desencantado?, yo crecí viendo a un expresidente en la cárcel y vi como otro esperó años fuera del país hasta que caducara su caso. También vi la creación de la autopista más tercermundista “de primer mundo” y pago hoy en día a foranos por trasladarme en ella como extranjero en mi país; yo sigo escuchando en las noticias y no termino de entender porque no hay culpables por casos como OAS, Crucitas, la ruta Juanito Mora y el lento desmantelamiento de las instituciones Estatales que construyeron nuestros abuelos con gran esfuerzo y dedicación… como si no supiéramos que los únicos beneficiados son los amigos contribuyentes de esos partidos”.
Si joven, como no estar desilusionado de aquellos que en nuestra niñez quebrantaron nuestra Patria y siguen pidiendo votos… incluso cuando admiten que son malos y anuncian celebrando con bombos y platillos que son “los menos malos”.
Y quiero dejarle claro que no fue nuestra culpa, aquellas generaciones que nos antecedieron se olvidaran del futuro y pensaran solo en llenar sus bolsillos a costa del Estado, hagan caso omiso a esos que nos señalan de culpables por “no trabajar” o no querer participar en política; fueron ellos los culpables, formaron parte de un robo o bien no hicieron nada para evitarlo y posiblemente no harán nada para cambiar el rumbo de las cosas. Nos alejan y ahora nos culpan.
Querido joven, si piensas que la democracia es mejor que una dictadura o un imperio le pido que prestes atención porque dependerá de nosotros el brindar a nuestros hijos y nietos una democracia sin “tiburones” rodeando a un Estado herido y desgarrado. La democracia sin votantes no es democracia, por eso debemos participar en las elecciones pero no nos quedemos solo con eso, no debemos ser simples espectadores del ámbito político del que esas generaciones de ambiciosos nos apartó; no solo somos el futuro, vivimos el hoy, así que somos parte del presente.
Empecemos a participar, a tomar decisiones, a construir y transformar esa Costa Rica que tanto queremos ver. Es hora de aportar ideas, de complementar la experiencia de nuestros maestros y sobretodo de trabajar honestamente por nuestro país.
Los problemas de nuestras calles, barrios, comunidades, distritos, cantones, provincias y país si se pueden solucionar, somos la generación del sí podemos; si superamos al invencible Italia 90 y podemos superar todos esos muros que nos han querido imponer. Soñemos con calles en buen estado, con espacios para desarrollar nuestros talentos, con una circunvalación terminada, con un canal seco, con un mega-aeropuerto, con un metro y hasta con puertos libres de “tiburones”. ¡Soñemos pero sobretodo trabajemos, los sueños se deben construir!
He escuchado que la juventud es un estado de ánimo, no importa su edad si se siente identificado le invito a formar parte de esta generación de soñadores y constructores del prospero futuro.
“La democracia es el derecho que tenemos, la oportunidad que se nos da de participar en la organización y manejo de nuestro país” Martín Alejandro Gueta.
(*): Joven.
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