Brotes de violencia: los trenes por primera vez llegan a tiempo

En la entrevista que publicó el periódico La Nación de Costa Rica el domingo recién pasado -9 de febrero- al expresidente del Tribunal Electoral José Antonio Sobrado el eje central giró en torno al “populismo”. Hay varias definiciones para el concepto en los diccionarios cosa interesante es que tanto el periodista como el entrevistado desarrollan su conversación asumiendo que todos sabemos de que trata el populismo.

De primera entrada suena como a popular, es decir: lo que atrae al populacho o a la masa. Se sabe que la masa es amorfa y que ademas de acuerdo con José Ortega y Gasett: no piensa. Gustave Le Bon va aún mas allá y asegura que la masa nivela hacia abajo. Hay ademas un actor clave, a saber: el gobierno que encarna ese populismo. En corto: sería el gobierno que endulza el oído al populacho, no se sabe con que intensiones pero pareciera que con objetivos autoritarios y/o antidemocráticos. Bueno, para Sobrado el país, nuestro país se encuentra cautivo del populismo del S.XXI.

La estructura del discurso de Sobrado es una muy similar a la empleada por Fernando Zumbado en una entrevista que le realizara Evelyn Fashler y al de una muchacha Paola de Radio U doble check. Es muy sutil. Enumeran varios componentes en sus argumentos -buenistas, se podría decir- para ocultar lo que realmente nos están diciendo. La intención. Por ejemplo, Sobrado asegura que es propio de las democracias el péndulo ya sea hacia la izquierda o hacia la derecha del espectro ideológico -como se le llama. Dice que eso es lo normal que la democracia tenga esos giros, es parte de un proceso saludable. Y entonces, usted percibe un argumento balanceado, un argumento racional, creíble. Empero, de inmediato introduce la idea del populismo y lo relaciona con la extrema derecha, nunca habla de la extrema izquierda. A la izquierda se le dice izquierda radical, para que suene no en un en extremo que es lo peligroso -si usted se sitúa en un extremo puede caer en el abismo- sino como algo profundo.

Tarde o temprano el populismo termina en una deriva autoritaria, nos dice Sobrado. Y que como tal es susceptible de una negación de la democracia. Es muy extraño en verdad por un lado nos dice que los viejos partidos son percibidos como habitaciones para contener élites. Pero, por otro, nos dice que para que exista un partido político tendría que tener ciertas restricciones o condiciones, en primera instancia, un respaldo considerable del electorado o, como por ejemplo, un numero significativo de adhesiones ya que la legislación actual incentiva de alguna manera los “partidos taxis”. Algo así como sin arraigo. Y aprovecha para meternos a todos en la corrupción de los partidos longevos del bipartidismo. Haciendo tremendas generalizaciones.

Curioso su concepto sobre la institucionalidad, porque aunque asegura que los ticos somos críticos con la corrupción y las instituciones que no cumplen con su cometido sostiene seguidamente que nuestra democracia es una farsa porque si no tenemos arraigo irrestricto con ese entramado entonces no vale nuestro concepto de la democracia.

La corrupción existe desde hace mucho tiempo -por parte de los políticos- pero también olvidamos la corrupción de los simples ciudadanos cuando evadimos los impuestos, cuando no nos importa la limpieza de nuestros barrios, nos emplaza José Antonio. Esos paralelismos cuanto daño nos han ocasionado, pienso. Esas distorsiones discursivas y/o retóricas, porque me pregunto: qué tiene que ver la limpieza de mi barrio con los millones robados de los grandes casos de corrupción -Aldesa, Cementazo, Cochinilla, Diamante y un largo y doloroso etc. Son absolutamente incomparables. Nos meten a usted y a mi ciudadanos comunes honrados corrientes junto a una caterva de corruptos. No. Gracias !!! Y así encubren tapan lo verdaderamente importante.

En Costa Rica nos jactamos de que hemos construido la democracia mas sólida de Latinoamérica. Un castillo endeble eso es lo que parece estar demostrando los últimos años, afirma Sobrado. El respaldo a las ideas autoritarias, el denostar a la institucionalidad de “control” del país, la facilidad en que hay manipulación en redes sociales, el fanatismo con el cual vemos la política. Obviamente con ninguna de esas aseveraciones estoy de acuerdo. Son altamente peyorativas. Es difícil coincidir con alguna de ellas mucho menos con el término “jactarse” dada su connotación negativa. Al contrario, el pueblo es muy inteligente y sabio y cada día lo ha demostrado mas.

Finalmente, nos ponen a dudar al enunciar que el país titubea de sus convicciones democráticas. José Antonio ha sido y fue por largos 14 años presidente del Tribunal Electoral. En todo ese tiempo siempre pregunté: por qué se mantenía por tantos años en un puesto tan delicado. Eso es dictadura, lo decía en la esfera pública del S.XXI: la Internet la WWW y mas específicamente en las plataformas sociales.

Los populistas intentan derribar las instituciones que buscan limitar el ejercicio del poder -o, el desatino del poder, porque el ejercicio es lo que se espera. Desatino es una Contraloría que falla una y otra vez, una justicia que no llega y mantiene los mismos e inoperantes magistrados hasta por 40 años, altos funcionarios acusados de corrupción y que siguen en los puestos, es una sala IV que no logra empalizar con la ciudadanía e interpreta de forma arbitraria y caprichosa el sentido común. Y ni que decir de un Legislativo que no para de aprobar proyectos chayote.

Eso es ser conservador querer preservar las cosas buenas: una Costa Rica segura y tranquila de casitas y jardines y patios con suficiente espacio para los costarricenses este es nuestro pedacito de cielo único no tenemos doble ni dos. Y lo hemos construido entre todos.

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