El municipio es la organización estatal más cercana a la ciudadanía, es una institución compleja, no sólo por la limitación de recursos, sino por las nuevas competencias, diversidad de servicios, políticas públicas, programas sociales y estilos de gestión que están en juego a la hora de dirigir esta institución.
Esto supone que específicamente el alcalde de Turrialba, encara el reto de superar tensiones y amenazas bajo un cambio en su modelo de gestión institucional. Lo que implica cambios en la forma de gestionar los servicios municipales, ingresando en otros ámbitos de la problemática local para intervenir los altos niveles de pobreza y de subdesarrollo que azotan la región.
También en sus manos esta impulsar un nuevo perfil de funcionario público, esto es, redefinir funciones, prerrogativas, corresponsabilidades, y atribuciones, corregir fallas en los procesos, y desterrar vicios administrativos.
Los municipios no son otra cosa que una empresa cuyo objetivo es garantizar el bienestar de los ciudadanos que residen en su jurisdicción. El carácter social del municipio implica que a través de su gestión, debe producir ciertos bienes y servicios, representados en coberturas en materia de salud y educación, promoción del desarrollo económico y provisión de los servicios públicos sociales.
Han pasado 4 años del primer cuatrienio del alcalde Luis Fernando León y aún pendientes están: el plan regulador para coadyuvar con un crecimiento urbano ordenado y seguro. En materia de desarrollo ambiental falta el basurero municipal, que se ha convertido en la mayor amenaza de contaminación cantonal. Actualmente con orden de cierre porque funciona a cielo abierto e incumple con proporcionar un manejo técnico, con costos bajos de operación y un manejo eficiente de los desechos sólidos.
Para este segundo período (4 años) el desarrollo del cantón exige de una nueva visión que impulse la conducción de nuevos procesos productivos que promuevan el crecimiento económico, entre ellas; el turismo, la agricultura y la gestión medioambiental etc.
Ciertamente la elección de alcaldes pasada dejó como saldo la elección de otros regidores con mejores perfiles de trabajo, preparación, visión y compromiso, autonombrados como el Bloque Turrialbeño, cuyo trabajo consiste en la toma decisiones apegados a la legalidad, con viabilidad técnica y que beneficien a las comunidades.
Para muestra la semana pasada el Bloque Turrialbeño rechazó la liquidación del presupuesto 2020 presentado por el alcalde municipal por considerar que contiene falencias muy evidentes que podrían afectar el futuro desarrollo del cantón.
Finalmente, este grupo de personas conforman los pesos y contrapesos necesarios para evitar abusos y decisiones que vayan en detrimento del cantón. Urgen regidores responsables, que hagan su labor de manera eficiente, que se preparen, que investiguen y que estén del lado de los ciudadanos.
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