El domingo recién pasado vivimos una verdadera fiesta cívica y democrática en cada uno de los 82 cantones de nuestro país.
Seguimos siendo ejemplo para el mundo de cómo se eligen nuestros gobernantes de forma pacífica, en fraternidad y con el derecho a la libre elección.
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Tuve la oportunidad de visitar distintos centros de votación en varios cantones de mi provincia, y la alegría de ver niños con banderas, calcomanías y camisetas de todos los partidos político me llenó de esperanza, ESPERANZA de que nuestra tradición democrática tiene futuro en las nuevas generaciones.
Qué lindo ver gente de todos los partidos compartiendo el café, un gallito de arroz con pollo, o permitiendo que gente de otros partidos se protegieran del sol o de la lluvia en los diferentes toldos o enramadas.
¡ESO SOMOS!, una nación de hermanos que amamos nuestro país, y que a pesar de las diferencias siempre encontramos los puntos donde coincidimos.
¡ASI ES COMO YO QUIERO QUE SEA MI PAÍS!
Un país de gente linda, esforzada, trabajadora… o como me gusta decirlo a mi… UN PAÍS DE PULSEADORES.
Un país donde la democracia es una forma de vida, y no solo un concepto escrito en papel.
Y es que estos procesos democráticos son las oportunidades que nos unen y que debemos aprovechar para RECUPERAR NUESTRA ESENCIA COMO PAÍS.
Ustedes compañeros no me dejan mentir… resulta tan gratificante llegar a un cantón y ver que cada grupo de organización y coordinación de la campaña de los diferentes partidos políticos está conformado, SIN DISTINGO, por jóvenes, adultos, hombres, mujeres, agricultores, pescadores, amas de casa, profesionales de las diferentes áreas, empresarios, emprendedores, gente ambientalista, comunalistas y otras personas involucradas en las diferentes organizaciones de la sociedad civil.
Me niego a pensar que nuestro país está dividido o polarizado, como algunos pretenden hacernos creer. Es en la diversidad de pensamiento y de creencias, que está la riqueza de nuestro pueblo.
Esa pluralidad siempre nos ha distinguido y diferenciado en el conjunto de las naciones y es ahí donde nos unimos aún más.
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No puedo dejar de hacer un sincero reconocimiento al Tribunal Supremo de Elecciones. A los Señores Magistrados, a las diferentes Direcciones que llevan una carga importante en la organización de unos comicios municipales, a todo el personal administrativo y operativo, al cuerpo nacional de delegados y a todos los que trabajaron como auxiliares electorales… MUCHAS GRACIAS.
Sigue siendo el Tribunal Supremo de Elecciones EL GARANTE de que nuestros procesos electorales sean transparentes, ordenados y en total apego al ordenamiento jurídico en materia electoral.
No es cualquier país que a las dos horas de cerradas las urnas, se conoce, con gran certeza, quienes son sus gobernantes electos.
Eso genera paz, tranquilidad y seguridad de que nuestros procesos electorales gozan de credibilidad entre la ciudadanía y entre las diferentes agrupaciones políticas que participamos tanto en las elecciones municipales como nacionales.
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Y después de este proceso de elecciones municipales son muchas las enseñanzas y lecciones que me quedan, entre estas una de las más importantes, es preguntarme como quiero que sea mi país.
… Yo sueño con un país de oportunidades. Un país que nos permita desarrollarnos como individuos y donde nunca falte el arroz y los frijoles sobre la mesa de ningún costarricense, menos de un niño.
Donde nuestros adultos mayores reciban un agradecimiento sincero de nuestra sociedad y de nuestro Estado por su aporte a nuestra nación, que les permita vivir con dignidad.
Un país con mayor facilidad de acceso a la educación, y donde se disminuyan las distancias entre la rural y la que se imparte en el GAM.
Un país que abrigue a los agricultores, pescadores, pequeños emprendedores, madres jefas de familia… pero que también genere condiciones favorables para aquellos empresarios que deciden invertir en nuestro país y generar empleo.
Es el momento oportuno para generar condiciones que permitan la reactivación económica, TAN NECESARIA.
Facilitar el acceso al crédito, reducir costos de producción asociados con las tarifas eléctricas y la factura de combustibles.
Flexibilizar las condiciones y jornadas de trabajo, siempre en respeto con nuestro Código de Trabajo y las grandes conquistas sociales para los trabajadores.
Y trabajar para disminuir la alta carga impositiva para que nuestro país siga siendo atractivo para la inversión y la producción.
ASI QUIERO QUE SEA MI PAÍS… un país donde recuperemos la unidad y que nos sigamos viendo como hermanos luchando por el mismo objetivo… SEGUIR HACIENDO GRANDE A COSTA RICA.
¡MUCHAS GRACIAS!
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