Los allanamientos de hoy en la Casa Presidencial de la República son un golpe contundente a la imagen y estabilidad política, así como a la clase política de Gobierno y a los ciudadanos que amamos nuestra tierra.
Pese a que la actuación de la Fiscalía General se da 11 días después de formuladas las denuncias, el procedimiento correcto legalmente hablando es el allanamiento pues debe esclarecerse lo sucedido y distintos actores sociales y políticos así lo demandaron. En un Estado de Derecho y ante la supuesta presencia de un quebranto al ordenamiento jurídico, debe la justicia cobijarnos a todos, sin excepción.
En todo esto ha quedado claro que hubo un procedimiento incorrecto en la forma en que se pretendía acceder a datos sensibles de los costarricenses y por ello deben sentarse responsabilidades, aunque tengamos que responder ante una mala imagen mundial.
Si bien es cierto es fundamental contar con información real para generar estrategias que permitan mejorar la calidad de vida de las personas, la ruta para hacerlo debe estar clara y apegada a la normativa, sin poner en riesgo otros derechos fundamentales o procedimientos legales establecidos que hilan muy delgado en una democracia.
En ninguna medida la protección de los datos sensibles podría variarse vía decreto, así se desprende de la Ley de Protección de la Persona frente al Tratamiento de sus Datos Personales.
Limitar la autodeterminación informativa vía decreto como sucedió y sin una clara justificación de interés público, nos hace presumir que estaríamos ante un acuerdo inconstitucional; máxime si tomamos en cuenta que el artículo 24 de la Constitución Política garantiza el derecho a la intimidad, a la libertad y al secreto de las comunicaciones y que la autodeterminación informativa es un derecho fundamental con el objeto de controlar el flujo de informaciones que conciernen a cada persona, derivado del derecho a la privacidad, evitando que se propicien acciones discriminatorias y abusivas por parte de un Estado o terceras personas.
Por todo ello, como político joven propongo a mis coterráneos la Unidad Nacional para salir adelante de todo aquello que nos ha venido afectando por muchos años. Sé que tenemos un alto potencial y por ello, los ciudadanos de bien debemos unirnos para formular acciones concretas y proyectos que nos permiten ser un mejor cantón, una mejor provincia, un mejor país. Que el pesimismo no nos embargue y que al contrario, asumamos con más ahínco estos temas y emprendamos para vivir en grande.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, fotocopia de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr.