AÑO 2017: ¿Perdimos la Virginidad Institucional o nos la quitaron?

» Por Aramis K. Vidaurre - Profesor Universitario - Co-conductor espacio “En la Esquina del Parque”, en R. Centro 96.3 FM

Definitivamente el año 2017 pasará a los anales de la política costarricense como un año para nunca olvidar. En el nuevo Siglo Costa Rica se ha visto envuelta en escándalos con expresidentes, asesinato de un connotado periodista relacionado con presuntos ligámenes hacia la jerarquía eclesiástica, partidos políticos en estrados judiciales por estafar al Estado Costarricense (ya hay sentencias en firme así que no utilizo el “presunto” o “supuesto”), una reelección presidencial altamente cuestionada permitida por la Sala Constitucional pringada por un “Uno me traicionó” (referencia utilizada en libro de exministro de Cultura Guido Sáenz, LN 22/01/2004), un resultado electoral entre Oscar Arias y Ottón Solís donde el propio TSE fue cuestionado, un memorando del miedo, un “avionetazo”, una trocha….; en fin, 16 años donde hemos sido testigos de cómo poco a poco ese velo de ingenuidad o virginidad política con que muchos nos revestimos se ha ido rasgando para darnos cuenta de que no estábamos tan lejos de la realidad democrática -corrompida, demacrada y vilipendiada- de otros países vecinos o de América Latina que siempre miramos hacia abajo, con mirada aleccionadora, de que nunca nos iba a pasar lo que ellos enfrentaban.

Año 2017, durante la primera mitad parecía otro año más con conflictos domésticos, pugnas entre partidos en la Asamblea Legislativa por la elección del Directorio Legislativo y la ingenuidad con que muchos “padres de la patria” (en minúscula, falta mucho para el título en mayúscula) la enfrentaron, que por cierto les tomó dos días enmendar la metida de pata de no conocer al dedillo la Constitución Política.

Pero fue julio donde los llamados medios alternativos (digitales) y luego el medio La Extra empezaron a develar una trama, que al inicio se pensó era una lucha de rating o sacada de clavo de vieja data entre algunos funcionarios de rango medio en la Administración. Sin embargo, conforme pasaron las semanas, a lo Tico: se destapó la olla…..una que contenía un vaho fétido de ligámenes entre los tres Poderes de la República.

Si bien parecía “algo normal” los cuestionamientos hacia la clase política reflejada en la Asamblea Legislativa y el Gobierno de la República (centrada en Zapote como nicho de poder), algo andaba mal: los lazos que se empezaron a identificar entre un empresario (de maquinaria pesada y luego de cemento) con una figura judicial que en los últimos años había tomado especial notoriedad, el hijo predilecto de algunas figuras políticas de alto nivel.

Cuando estos medios empezaron a sacar más y más y más de la olla, nos dimos cuenta de que esa tal virginidad institucional, de imposibilidad de penetración de mancha en la administración de Justicia en nuestro país (magistrados, jueces, Fiscalía general) había sido rota, y hace bastante rato. Y aunque empezaron a salir las reacciones para sanar ese sangrado institucional, por ratos parecieron impotentes para detener esa hemorragia con olor a cemento, amiguismo, pago de favores políticos, encubrimiento, mentiras y hasta viajes para comprar ropa de bebé.

Y es que esa pérdida de virginidad institucional no ha dejado títere con cabeza: Presidencia de la República, Fiscalía General, Magistrados (no todos gracias a Dios -aunque a algunos les moleste la palabra-), bancos estatales y sus juntas directivas, la asociación solidarista de uno de esos bancos, algunos partidos políticos, candidatos presidenciales – Otto Guevara en específico-, candidatos a diputados, excandidatos presidenciales, algunos actuales diputados, exministros de esta administración, hasta un dirigente deportivo, quien al final logró zafarse del embarre, cuestionadas licitaciones y adjudicaciones, en fin, todo el entramado de un Estado costarricense violentado.

¿Qué sigue? Estamos a semanas de las elecciones presidenciales y diputadiles; parece que marcaremos esa casilla (para Presidente y Diputados) donde aparezcan quienes estén menos embarrados del escándalo llamado “cementazo”; estamos en una elección donde más que propuestas esperamos hojas de delincuencia limpias, en una que enfrentaremos en medio de la decepción, frustración, enojo, temor y quizás algo de ofensa a nuestro ego porque creímos que a Costa Rica nunca le iba a pasar lo de otros países.

Pero es un acontecimiento que debemos enfrentar, no huir, no hacernos de la vista gorda de esa enorme responsabilidad de elegir. Más bien por mirar hacia el otro lado, por hacernos de la vista gorda, por entregar “cheques en blanco”, por excedernos en confianza, por creer en mitos de “Suiza Centroamericana”, del “país más feliz del mundo”, del “Pura Vida mae”, que si bien encierran un ideal de país, caímos en la trampa, y nos alejamos de esa realidad institucional que inundó con olor fétido los Supremos Poderes. Ya no más.

¿Perdimos la virginidad institucional, nos la arrebataron? Al final, el año 2017 será uno para no olvidar, sino aprender, y ojalá el inicio de algo….

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