La Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) reconoció esta mentira por primera vez el jueves pasado, al denunciar que Irán ha violado el tratado de inspección del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).
En los últimos meses, tras la eliminación del líder de Hezbolá, Hasan Nasrallah, y el debilitamiento del llamado “Eje del Mal”, Irán ha acelerado su programa nuclear con miras al desarrollo de su primera bomba atómica.
El régimen iraní ha logrado acumular suficiente uranio enriquecido como para fabricar nueve bombas del tamaño de la que fue lanzada sobre Hiroshima, y estuvo a punto de iniciar la construcción de una ojiva nuclear, una fase crítica en la consolidación de un arma atómica.
Simultáneamente, ha incrementado de forma significativa la producción de su arsenal de misiles balísticos, los cuales podrían servir como medio de transporte para dichas bombas, generando una amenaza real no solo para Medio Oriente, sino también para países de Europa y otras regiones del mundo.
Uno de los logros de la operación León Ascendente ha sido la destrucción de las instalaciones en superficie de la planta de uranio enriquecido en Natanz, hecho que fue confirmado por el propio gobierno iraní ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).