Aunque el tiempo transcurra de prisa y los años nos parezcan que pasan más pronto de lo que pensamos, la Navidad nos deja a todos instantes que perduran toda la vida.
No hay quien viva sin tener algún recuerdo de una Navidad. Hablamos de ella, y de inmediato nos volvemos a nuestra infancia, a nuestros hijos o a los nietos; traemos a nuestra memoria recuerdos inolvidables que no seríamos capaces de cambiar por algún bien material o que no venderíamos por nada.
Algo hay en esta época que la hace diferente al resto del año. Siempre es la Navidad un tiempo oportuno para reafirmar nuestros deseos, para enderezar nuestros pasos y para reafirmar nuestros valores.
Es una oportunidad para ordenar nuestras vidas, nuestra casa; para proponernos nuevas metas y hacer un recuento de lo que hemos logrado. Es una oportunidad para perdonar y para ser perdonados.
Es porque la Navidad nos lleva a celebrar el amor de Jesús, el Hijo de Dios. Es porque el nacimiento de Jesucristo marcó la esperanza en el mundo entero.
“Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor”. Son las palabras con las que el evangelista Lucas narra la aparición del ángel a un grupo de pastores la noche del nacimiento.
La Navidad nos recuerda esa verdad básica, que no es una realidad del pasado, sino un acontecimiento que se despliega, una y otra vez, a través de toda la historia del ser humano, hasta llegar a nuestros días como un recordatorio especial.
Hay una historia en la humanidad bien marcada antes y después de Él. De igual manera, puede existir una historia, antes y después, en la vida de cada persona que se acerca y lo busca con un corazón sincero, con humildad, con necesidad de Dios.
Celebramos esta época de Navidad y de fin de año, como un momento propicio para agradecer a Dios por su bondad, por su amor perdonador, por la salvación que encontramos en Él. Nos unimos, y rendimos honor y tributo al Creador de todas las cosas.
Que esta Navidad nos llene de inspiración. Que sea un tiempo para renovar la solidaridad, el amor y los valores que han hecho grande a este país y que fortalecen a nuestras familias.