Una vez más la sociedad costarricense se ve inmersa en una estrategia que intenta polarizar y acreditar otra agresión al sector conservador del país. La “moda” impuesta por las minorías (poderosas económicamente) a nivel mundial, pretenden igualar y mantener patrones que violentan el orden natural establecido.
En más de una década el individuo se ha enfrentado con mayor regularidad ante muchísimos términos y conceptos nuevos y conocidos como hermafrodita, intersexual, demisexual, transexual, transgénero o intersexual, entre otros.
Con asombro, a pesar de que ya es costumbre en cierta población creer que solo ellos deben ser escuchados y respetados, la prensa nos informa que la fracción del Partido Frente Amplio, presentó un proyecto de ley titulado Reconocimiento de las Identidades Trans, no binarias, de Género Diverso e Intersex.
El texto del proyecto de ley 23.809 presenta un contenido que mueve los cimientos de una sociedad tradicionalmente conservadora como la nuestra. Los derechos de los niños y adolescentes (a Dios gracias respaldados en Costa Rica por un amplio marco jurídico) tendrán que hacerse efectivos ante este intento de imposición de sesgos y seudo conceptos que pretenden confundir y desnaturalizar una vez más a una población sensible y vulnerable. ¡Ojo!, la defensa por la dignidad y respeto al ser humano en nuestro país, ha sido utilizada para “apadrinar” cada “gracia” que para el pelo.
La mayoría de los medios de prensa hicieron mención de la acción legislativa, y llama poderosamente la atención de la cantidad de temas delicadísimos que abarca la “ocurrencia parlamentaria”. Temas, por ejemplo, como los tratamientos de terapia de reemplazo hormonal, el papel del Ministerio de Trabajo al obligársele a ofrecer información a las personas trans sobre asuntos de empleo y que las instituciones públicas reserven el 3 % de sus vacantes para las personas del colectivo LGTBIQ+, así como las responsabilidades que asumirían instituciones como la CCSS y el PANI, serán, en definitiva, puntas de lanza para la discusión de dicho proyecto de ley. Desde ya muchos diputados y fracciones completas han expresado su rotunda oposición.
Reitero, los derechos de nuestros niños y adolescentes están debidamente protegidos en la legislación costarricense. Pregunta, ¿tiene un niño de 12 años de edad el desarrollo cognitivo que lo faculte para tomar decisiones trascendentales e irreversibles como “un cambio de sexo” y “modificar su naturaleza”?
La realidad que enfrentamos, para muchos una época apocalíptica y de “guerra espiritual constante”, nos obliga a las personas con un deseo profundo de luchar en contra de la imperiosa y absurda necesidad de llamar a lo bueno malo y a lo malo bueno, a mantenernos bien informados y en estado de alerta ante estas reconocidas estrategias que llevan como objetivo debilitar nuestros principios y valores, así como el equilibrio espiritual de una sociedad, sin dejar de lado los derechos individuales que amparan a cada ciudadano.
Referente al tema hay muchos textos, notas y artículos en la web a favor y en contra, entre ellos posiciones del reconocido Dr. Paul Rodney McHugh, quien tiene amplia experiencia en la investigación de los fundamentos neurocientíficos de las conductas motivadas, la genética psiquiátrica, la epidemiología y la neuropsiquiatría. En el mes de mayo del año 2016 en The Wall Street Journal (WSJ) escribió un artículo, que bien vale la pena buscarlo, se titula: Transgender Surgery Isn’t the Solution A drastic physical change doesn’t address underlying psycho-social troubles. En ese mismo año en la Revista The New Atlantis, fue coautor de un artículo de 143 páginas referente a género y sexualidad donde hizo las siguientes afirmaciones: “1-La comprensión de la orientación sexual como una propiedad innata y biológicamente fija de los seres humanos (la idea de que las personas “nacen de esa manera”) no está respaldada por evidencia científica. 2- La hipótesis de que la identidad de género es una propiedad innata y fija de los seres humanos que es independiente del sexo biológico (que una persona puede ser “un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer” o “una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre”) no es compatible por la evidencia científica”.
Es necesario respeto, madurez, comprensión y ante todo una verdadera fortaleza espiritual, para mantener una posición clara ante el debate que genera este tipo de temas en nuestro país. Es evidente, que cualquier ser humano podría ser afectado por algún episodio traumático que conlleva a un cambio de actitud.
Nuestro Estado Social de Derecho y el núcleo familiar están llamados a garantizar, guiar y proteger los derechos fundamentales de todo ciudadano. Sin embargo, la distorsión de la realidad y la confusión golpea a la población más vulnerable, nuestros niños y adolescentes. ¿Qué posición tomarán el PANI, la CCSS y demás instituciones y Ministerios cuando acudan a las consultas respectivas en la Comisión de Derechos Humanos que alberga el polémico proyecto? ¿Habrá “nuevos partidos políticos” o alianzas que ganarán protagonismo en las Elecciones Municipales de febrero 2024? De lo anterior, y más hablaremos la próxima semana, Dios primero.
_________________
Sobre el autor:
El autor es Licenciado en Relaciones Internacionales. Asesor Legislativo, analista político internacional. Además elabora procesos de capacitación política, desarrollo comunal y administración. maumazu208@gmail.com.
—
Los artículos de opinión aquí publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de EL MUNDO. Cualquier persona interesada en publicar un artículo de opinión en este medio puede hacerlo, enviando el texto con nombre completo, foto en PDF de la cédula de identidad por ambos lados y número de teléfono al correo redaccion@elmundo.cr, o elmundocr@gmail.com.