Si el 2018 realmente fue el año de la factura electrónica, lo que depara el 2019 es aún más prometedor. A pesar de los inconvenientes y resistencias de los que fuimos testigos, es importante que comprendamos el gran paso que dio el país y los contribuyentes.
Se trata de un giro en nuestro paradigma y mentalidad, salimos de una zona de confort tecnológica y operativa para dar un paso importante en materia de e-commerce, que como ya hemos hablado en otras oportunidades, trae grandes beneficios para la economía del país y la competitividad de las empresas.
Desde el 15 de enero y hasta el primero de noviembre del 2018, la inclusión masiva de contribuyentes de diferentes sectores y los respectivos esquemas de incorporación definidos por la Dirección General de Tributación (DGT), fueron la tónica y dieron mucho de qué hablar.
El proceso en un país como Costa Rica y en la coyuntura actual, no podía ser fácil, por lo que las oportunidades de mejora no tardaron en identificarse. En general, faltó facilidades de información anticipada y capacitación a disposición de los contribuyentes y un mejor tiempo de respuesta.
La diferencia entre la DGT y los proveedores de soluciones/plataformas de factura electrónica con respecto a la estabilidad y funcionalidad del envío y recepción, fue notable. Y los inconvenientes de la plataforma de la DGT en fechas claves de ingreso de contribuyentes, fueron momentos incómodos.
Pero a pesar de esto, desde GS Uno nos sentimos optimistas y nos arrollamos las mangas para seguir contribuyendo con la promoción de todo una cultura que adopta, pero sobre todo, aprovecha la factura electrónica y la oportunidad para gestar importantes cambios en los sistemas financiero contables de las empresas y hasta en los procesos logísticos de alisto de mercancías, despacho, distribución, entrega y manejo de devoluciones, los cuales todos ellos impactan los mensajes electrónicos de factura y notas de débito/crédito y los períodos de recuperación de las cuentas por cobrar.
Con excepción de tres sectores, el periodo de obligatoriedad ya se va completando. Es hora de cambiar de actitud y considerar a la factura electrónica como un aliado que favorece la modernización, en lugar de un enemigo que nos complica la vida.
Detenernos aquí es muy importante para comprender que esta nueva modalidad de facturación brinda también visibilidad de todas las transacciones que se realizan y del capital que se mueve en el país, es decir, existe una mayor transparencia/trazabilidad que facilita luchar contra situaciones de comercio ilícito como subfacturación, gemeleo de facturas, etc.
Como contribuyentes más informados, tenemos el reto de adoptar prácticas que resguarden la factura a crédito como elemento comercial y legal, y no solamente tributario. Para esto es necesario que demos un paso adelante y perdamos el temor de utilizar la firma digital o el sello electrónico, en lugar de la llave criptográfica.
Tenemos la capacidad de montarnos en la ola de la modernidad. Utilicemos las herramientas disponibles como capacitaciones, talleres, servicios de asesoría y auditoria como las que ofrece la Asociación GS Uno, para disfrutar de la factura electrónica y de sus beneficios para las empresas, para la economía del país y para el ambiente.
Mantengámonos vigilantes de la calidad y eficiencia de los servicios ofrecidos por la gran cantidad de proveedores de soluciones de software; no nos vayamos por la vía fácil o la más económica sin antes realizar un análisis crítico.
Recordemos que al final, el único responsable ante las autoridades competentes por un error u omisión en factura electrónica, es usted. Cuide sus finanzas y su integridad.
Mientras tanto, esperamos con entusiasmo la inclusión de los sectores específicos que cuentan con prórrogas (gasolineras y sector agrícola) y sobre todo, las mejoras generales que sabemos que las autoridades nos brindarán como líderes del proceso, especialmente, las que se puedan presentar en el esquema de atención de la DGT hacia todos los contribuyentes.
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