Esta semana la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer el Informe de Perspectivas Económicas, documento que analiza el impacto del coronavirus sobre la economía de distintos países y que pretende dar una tenue luz sobre el rumbo que podría tomar cada nación.
Nuestro sistema de salud ha demostrado su resiliencia y su capacidad de afrontar con tenacidad esta crisis. No así el Poder Ejecutivo, que, sumido en el silencio, carece de propuestas de reactivación económica y mantiene el timón en el rumbo equivocado, dejando el país literalmente, a la deriva.
Para probar lo anterior, basta con analizar lo expuesto por la OCDE. El Producto Interno Bruto (PIB) costarricense se contraerá entre un 4% o 5% en el presente año. Esto provocará una pérdida de ingresos, aumentando el déficit fiscal del gobierno central cerca del 9% del PIB, en tanto, la deuda se situará alrededor del 70%.
Como propuestas para enfrentar este escenario, disminuir la deuda pública, aplicar recortes al presupuesto, no aplicar partidas de gasto difíciles de revertir y ser estrictos con la regla fiscal; así como centrar nuestros esfuerzos en la reactivación del sector turismo, del cual indudablemente somos dependientes. Paradójicamente, el ex Ministro de Hacienda, Rodrigo Chávez, explicó hasta el cansancio durante sus seis meses de gestión muchas de estas medidas.
Así las cosas, no esperamos más que un giro en el timón y retomar el rumbo a la reactivación económica y prudencia fiscal. Sin embargo, la Administración Alvarado Quesada, se ciñe entre la improvisación y la terquedad.
Basta con escuchar al Ministro de la Presidencia, Marcelo Prieto, decir que el gasto público es fundamental para la reactivación económica, contrario a la OCDE y a todo principio de la teoría económica.
Otro buen ejemplo, es ver como el Poder Ejecutivo elimina la aplicación de la regla fiscal para las municipalidades (de nuevo contrario a lo recomendado), implicando esto 90.000 millones de colones más en el presupuesto de estas instituciones. Aumentando cada vez más las excepciones a la regla fiscal (pronto serán las universidades públicas que cuentan con la venia del Ministro de la Presidencia). Situación que no es nueva, ya quedaron fuera el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), la Junta de Protección Social y por poco la Caja Costarricense de Seguro Social.
Finalmente, parece ser que en Casa Presidencial no han comprendido las implicaciones de una deuda pública del 70% del PIB. Por lo que, al día de hoy tramitan aproximadamente 4.000 millones de dólares en préstamos ante la Asamblea Legislativa; las excepciones serían aquellos prestamos que cambien deuda cara por deuda barata, o bien que tengan un impacto positivo sobre el PIB.
Todos estos errores, dice la OCDE que provocarán “caída en la confianza debido a la falta de consolidación fiscal, dificultando la sostenibilidad de la deuda pública, y episodios adicionales de volatilidad financiera”. Por lo que como costarricenses debemos exigirle al Poder Ejecutivo hacer un giro de 180 grados y tomar el camino de la reactivación económica, de la disminución del gasto corriente y la responsabilidad fiscal.
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