Moscú, 21 oct (VOA) – Un reciente repunte de infecciones y muertes por COVID-19 en Rusia ha impulsado a las autoridades a tomar medidas y dictar nuevas restricciones para contener la propagación del coronavirus con la llegada del otoño.
En Moscú, se anunciaron este jueves planes para cerrar restaurantes y comercios no alimentarios e implantar otras restricciones desde finales de mes, mientras que el miércoles el presidente Vladimir Putin decretó una semana no laboral a partir del 30 de octubre.
Rusia reportó este jueves 1.036 muertes por COVID-19 y 36.339 infecciones en las últimas 24 horas, las mayores cifras desde que comenzó la pandemia.
El alcalde de Moscú, Sergei Sobyanin, dijo que desde el 28 de octubre al 7 de noviembre los supermercados y las farmacias serán los únicos comercios que se mantendrán abiertos.
Todos los restaurantes, cafés y establecimientos que no vendan comida, además de gimnasios, cines y otros locales de esparcimiento deberán cerrar, así como las escuelas y los centros de cuidado infantil.
Las muertes por coronavirus en Rusia llevan varias semanas aumentando y el fin de semana superaron las 1.000 diarias. El país sufre de una baja tasa de vacunación y mucho incumplimiento de las medidas de protección.
Solo 45 millones de rusos, el 32% de sus 146 millones de habitantes, han recibido las dos dosis de una vacuna, a pesar de que fue el primer país en aprobar el uso de una vacuna contra el coronavirus en octubre de 2020 y tener una abundancia de las inmunizaciones.
El Kremlin criticó la campaña de vacunación y la apatía de la población, y exhortó a todos los rusos a vacunarse. El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, dijo que el miércoles que el panorama es “muy triste” por las bajas tasas de vacunación en algunas regiones.
Sobyanin ya había anunciado restricciones de quedarse en casa por cuatro meses a las personas no vacunadas mayores de 60 años.