Bogotá, 26 feb (VOA) – Hace casi un mes el presidente en disputa Nicolás Maduro aseguró que en Venezuela no habría ni guerra civil ni intervención militar, pero una salida extrema de este tipo preocupa cada vez más a sus aliados e incluso a muchos de los que en el mundo fustigan su mandato y piden democracia en la nación sudamericana envuelta en una severa y violenta crisis política.
El gobierno de Estados Unidos, que respalda al presidente interino Juan Guaidó, ha dicho reiteradamente que “todas las opciones” están presentes y a la vez ha abogado por continuar presionando a Maduro en foros como el Consejo de Seguridad de la ONU.
Consultado por periodistas el lunes acerca de si Guaidó le solicitó al reunirse con él “apoyo militar”, el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, dijo que el presidente interino le “pidió más ayuda humantaria”, pero le ratificó que “todas las opciones están sobre la mesa”.
Pero la opción de la guerra tiene muchos detractores incluso dentro de Estados Unidos. Líderes del Congreso estadounidense aseguraron este mes que no apoyarán una intervención militar en Venezuela.
“Me preocupan los comentarios del presidente (Donald Trump) insinuando que la intervención militar sigue siendo una opción. Quiero dejar en claro a nuestros testigos y a cualquier otra persona que esté observando: la intervención militar de Estados Unidos no es una opción”, dijo a mediados de este mes el jefe de la comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Eliot Engel, en una audiencia sobre Venezuela.
El representante del distrito congresional 13 de Nueva York, Adriano de Jesús Espaillat Cabra, dijo a la Voz de América que se opone a la intervención y abogó por el diálogo para que Venezuela decida su destino en elecciones libres.
En la misma audiencia el 13 de febrero, activistas irrumpieron con proclamas y consignas en contra de la supuesta intervención: “Manos fuera de Venezuela”, decían sus camisetas y pancartas.
En el mismo tono, funcionarios del gobierno de Rusia han dicho que no admitirán una intervención militar e incluso son parte de una coalición de países creada para presionar en la ONU por el diálogo y una salida pacífica a la crisis venezolana.
También España se pronunció el martes contra una eventual intervención en Venezuela. El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, mostró ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU su preocupación por la situación de Venezuela y subrayó que el gobierno de España está trabajando “para evitar una intervención militar extranjera”.
La posición del Grupo de Lima
Una declaración emitida el lunes por el Grupo de Lima señaló que no apoya el uso de la fuerza. El texto fustigó no obstante los incidentes violentos el fin de semana en Venezuela, cuando fuerzas de Maduro impidieron la entrada de la ayuda humanitaria solicitada por Guaidó dejando muertos y heridos.
“(Los países miembros del Grupo de Lima) reiteran su convicción de que la transición a la democracia debe ser conducida por los propios venezolanos pacíficamente y en el marco de la Constitución y el derecho internacional, apoyada por medios políticos y diplomáticos, sin uso de la fuerza”, señaló el texto.
El Grupo de Lima lo integran los gobiernos de Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Venezuela. En la reunión en Colombia participó el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence. Por primera vez participó Venezuela, representada por un representante del gobierno interino.
La ONU, México y Uruguay
El gobierno de México reiteró el martes que mantiene su posición de no intervención sobre la crisis en Venezuela. La reacción llegó después que el vicepresidente Pence instó el lunes al presidente Manuel López Obrador y al gobierno de Uruguay, -que apoyan un diálogo-, a que reconozcan a Guaidó como legítima autoridad en Venezuela.
“México va a ser respetuoso de la decisión que tomen otros pueblos, otros gobiernos”, dijo López Obrador en su rueda de prensa diaria. Además abogó por sentarse a dialogar para buscar una “salida pacífica” y no politizar el tema de la ayuda humanitaria.
El secretario general de la ONU ha insistido en un diálogo que arroje luz sobre el tema.
Brasil no maneja “ninguna hipótesis” de intervención
Funcionarios del gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil, cuya frontera ha sido campo de batalla entre venezolanos que abogan por la entrada de la ayuda humanitaria y las fuerzas de Maduro que lo impiden, han dicho que no consideran “ninguna hipótesis” en la que permitirían que Estados Unidos use su territorio para una eventual intervención en Venezuela.
El vicepresidente brasileño, Hamilton Mourão, dijo el lunes a GloboNews que su país trabaja para evitar que la crisis venezolana genere un conflicto en la región y que sería nefasto que América del Sur viva un clima similar al que existía en la época de la Guerra Fría.
“Brasil no considera esa situación en ninguna hipótesis”, dijo Mourão al ser consultado sobre si el país permitiría que Estados Unidos usara su territorio en una eventual intervención. Mourão explicó que cualquier presencia de fuerzas extranjeras en Brasil “tiene que tener autorización del Congreso” y que “la mayor parte” del gobierno está en contra de permitir que Estados Unidos use el territorio brasileño para una intervención en el país vecino.
Países como Cuba, Siria y Turquía, aliados de Maduro, han advertido que se oponen a la intervención militar.
Intelectuales y artistas: “En Venezuela la paz es ya”
Artistas como el cantautor cubano Silvio Rodríguez, el argentino Pedro Aznar y Roger Waters, de Pink Floyd, han mostrado su abierto rechazo a una intervención militar en Venezuela.
“Yo quisiera que todos los problemas que tiene Venezuela ahora mismo se resolvieran entre venezolanos, sin injerencias de ningún tipo. La paz es ya”, dijo Rodríguez en un video divulgado en YouTube.
En un video similar, Aznar dijo que “repudiamos todo intento de injerencia extranjera… Venezuela debe resolver sus problemas de manera autónoma, autodeterminada y a través de la democracia, la verdad y la justicia. En Venezuela la paz es ya”.
Waters usó su cuenta en Twitter para criticar un concierto organizado en la frontera la pasada semana, que buscaba recaudar fondos e impulsar la entrega de ayuda humanitaria.
“La Cruz Roja y las Naciones Unidas, inequívocamente de acuerdo, no politizan la ayuda. Dejan al pueblo venezolano solo para ejercer su derecho legal a la autodeterminación”, escribió Waters en Twitter.
La escritora peruana, Patricia de Souza, también se sumó al coro contra la intervención en un reciente artículo: “Quienes creen que hay crisis humanitaria son de una ingenuidad increíble. La Cruz Roja ha negado que exista tal crisis, la ONU no autoriza esa intervención, o sea, el Caballo de Troya se prepara a entrar con ese pretexto para derrocar a un gobierno legítimamente elegido”.