USAID y FAO trabajan juntos para anticiparse a la próxima pandemia mundial

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Roma, 9 mar (elmundo.cr) – Una asociación entre los Estados Unidos y la FAO que trabaja para fortalecer la capacidad de los países en desarrollo para controlar brotes de enfermedades en animales de granja, ha logrado capacitar en solo 12 meses a más de 4.700 profesionales de atención veterinaria en 25 países de África, Asia y Oriente Medio.

La formación técnica proporcionada por la FAO incluía una amplia gama de competencias clave, como vigilancia y previsión de enfermedades, operaciones de laboratorio, bioinocuidad y bioseguridad, métodos de prevención y control y estrategias de respuesta a brotes.

En total, se formaron 3,266 veterinarios en Asia, 619 en África occidental, y 363 en Medio Oriente. Estos profesionales lideran los esfuerzos para frenar las nuevas enfermedades en su origen. (Lista completa abajo).

“En el transcurso de esta colaboración hemos aprendido que hay muchas áreas de interés beneficiosas mutuamente entre la comunidad agrícola y alimentaria y la comunidad de la salud humana”, afirmó Dennis Carroll, Director de la Unidad de Seguridad de la Salud Global y Desarrollo de USAID.

“La asociación con la FAO no solo nos permite proteger a las poblaciones humanas de amenazas víricas futuras sino también proteger a las poblaciones animales de virus que podrían esquilmar los suministros de alimentos. No es solo un asunto de salud global y de enfermedad infecciosa, sino también de seguridad e inocuidad alimentaria y crecimiento económico”, añadió Carroll.

“Unas 75 de las nuevas enfermedades infecciosas surgidas en las últimas décadas se originaron en animales antes de llegar hasta nosotros, el Homo sapiens, un mamífero terrestre. Por ello mejorar adecuadamente la detección y respuesta a la amenaza de las enfermedades animales en su origen supone una ventaja estratégica para prevenir futuras pandemias”, aseguró Juan Lubroth, Jefe del Servicio Veterinario de la FAO.

“Resulta absolutamente esencial –añadió- adoptar un enfoque proactivo, y para ello, el mundo necesita profesionales bien formados y que estén al día -biólogos, ecólogos, microbiólogos, expertos en modelos, médicos y veterinarios- razón por la cual el apoyo continuo de los Estados Unidos para la creación de ese tipo de capacidad ha sido de inestimable valor”.

Riesgos virales

El crecimiento demográfico, la expansión agrícola y la intrusión medioambiental, así como el auge de las cadenas intercontinentales de suministro de alimentos en las últimas décadas han alterado enormemente la forma en la que surgen las enfermedades, traspasan las fronteras entre especies y se propagan, según demuestran los estudios de la FAO.

Un nuevo estudio recién publicado por Dennis Carroll (USAID) y expertos de diversas instituciones, incluida la FAO, sugiere que tan solo un 0,01 por ciento de los virus que provocan los brotes de enfermedades zoonóticas se conocen a nivel científico. Los autores proponen una asociación internacional, el “Proyecto Viroma Global” (Global Virome Project) que tiene como objetivo caracterizar a los virus de mayor riesgo. Ello permitiría respuestas más proactivas frente a las amenazas de enfermedades, beneficiando no solo la salud pública, sino también a los medios de subsistencia de las comunidades agrícolas pobres que dependen de la ganadería.

Asociación para la seguridad sanitaria mundial

La estrecha colaboración entre la FAO y la USAID en materia de sanidad animal se remonta a hace más de una década.

Expertos de ambas organizaciones se reúnen en Roma esta semana para analizar los avances realizados el año pasado y cómo responder a amenazas como las enfermedades zoonóticas que pasan de una especie a otra y la creciente tendencia a la resistencia a los antimicrobianos, así como para estudiar posibles medidas de intervención en la producción de alimentos y la protección de la salud pública.

Además de la capacitación, a través del Programa de amenazas pandémicas emergentes (EPT, por sus siglas en inglés) de la USAID, la FAO investiga y asesora sobre las políticas para ayudar a los países a aumentar su resiliencia a la aparición de enfermedades y proteger la salud animal y humana.

Y para permitir respuestas rápidas de los gobiernos a los episodios de enfermedades, la FAO ha impulsado la colaboración con la USAID para trabajar con los Depósitos para la Respuesta Humanitaria de las Naciones Unidas y habilitar un conjunto de equipos de emergencia y almacenes en 15 países que faciliten respuestas rápidas y adecuadas a los brotes.

La FAO también es actor y asesor clave de la Agenda de Seguridad Sanitaria Mundial (GHSA, por sus siglas en inglés), una alianza cada vez mayor de más de 60 países, ONG y organizaciones internacionales que trabajan para mejorar la detección temprana y las respuestas a las amenazas de enfermedades infecciosas. El apoyo de la USAID en el marco del GHSA está ayudando a la FAO a trabajar con 17 países en África y Asia para fortalecer su capacidad de detección y respuesta a enfermedades zoonóticas.

Gracias a la ayuda de la USAID en el EPT y el GHSA, la FAO hace frente a las enfermedades de manera activa y desarrolla las capacidades nacionales en más de 30 países.

Impacto económico y consecuencias para la salud

Más allá de los riesgos para la salud humana, las enfermedades animales pueden conllevar costes de miles de millones de dólares EEUU y frenar el crecimiento económico.

Los brotes más dañinos de enfermedades de gran impacto de las últimas décadas fueron de origen animal, incluyendo la gripe aviar altamente patógena H5N1, la gripe pandémica H1N1, el ébola, el síndrome respiratorio agudo y grave (SRAG) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).

Por ejemplo, el brote del virus H5N1 de mediados de la década de 2000 provocó pérdidas económicas a nivel mundial estimadas en 30 000 millones de dólares EEUU, y algunos años más tarde, el virus H1N1 provocó daños por valor de otros 55 000 millones de dólares.

Por no mencionar que, para millones de las personas más pobres del mundo, los animales son sus principales activos fijos: lo que podríamos denominar capital cuadrúpedo. Su pérdida puede alejar a estas familias de la autosuficiencia y conducirlas a la indigencia.