San Salvador, 11 abr (VOA) – Un sismo de magnitud 5,1 —parte de un “enjambre sísmico” de cerca 150 movimientos telúricos en menos de 24 horas— provocó la muerte de una persona y heridas en otras dos al producirse un derrumbe en una carretera de entrada a la capital salvadoreña.
El epicentro de los temblores ha ido ubicado en Antiguo Cuscatlán, una localidad limítrofe con San Salvador, la capital salvadoreña. La profundidad del foco telúrico es de solo 4 kilómetros por lo cual los movimientos se sienten más intensos.
“Por las características de las señales registradas, el origen de esta actividad sísmica es atribuido a la activación de fallas geológicas en la zona, a un nivel más superficial de lo habitual”, precisó el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
La ministra de ese ramo, Lina Pohl pidió calma a la población porque dijo que “lo que estamos viviendo no es la puerta a un terremoto”.
“Las fallas se mueven, se activan, hacen que las rocas choquen y se den estos movimientos”, detalló.
La actividad telúrica obligó al gobierno a activar sus Sistema Nacional de Protección Civil, cerrar la carretera afectada por el derrumbe y la Alcaldía de San Salvador dijo haber habilitado varios albergues “de manera preventiva”.
Muchas otras personas que viven en edificios prefirieron ir a dormir a lugares donde puedan estar más seguros. Pero la población en general estuvo al pendiente no solo de los temblores sino de los retumbos que los anteceden.
La ministra Pohl explicó que al darse estos movimientos a poca profundidad “se oyen retumbos porque estos movimientos generan ondas sonoras”.
El fallecido, identificado por la policía como Óscar Balmore Labor, de 26 años, viajaba sobre la carretera Panamericana, conocida en ese tramo como Los Chorros, en el departamento de la Libertad, cuando se desplomó una roca de gran tamaño que además ocasionó lesiones diversas a dos personas que lo acompañaban en el automotor. Los lesionados fueron trasladados a un centro asistencial.
El Salvador es tierra de terremotos frecuentes y los sismos de gran magnitud se han producido más o menos cada 16 años. Los más recientes ocurrieron en enero y febrero de 2001 con magnitud de 7,7 y 6,6 respectivamente, mientras que en 1986 se produjo otro terremoto de poca profundidad que sacudió San Salvador y ciudades vecinas, similar a los movimientos que se registran en esta ocasión.