Ultraderecha plantea un test de estrés para la democracia en Alemania

Björn Höcke, líder del grupo parlamentario de Alternativa para Alemania (AfD) en Thüringen, durante la sesión constituyente del Parlamento de ese estado federado alemán. Foto: Martin Schutt/dpa

Por Verena Schmitt-Roschmann (dpa)

El partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) se ha hecho fuerte en muchos parlamentos regionales germanos, desde donde puede sacudir la estructura democrática del país, pese a seguir siendo una minoría.

A diferencia de lo ocurrido el pasado jueves, este sábado no hubo abucheos, insultos o alboroto y el Parlamento regional de Thüringen consiguió designar a su órgano presidencial al segundo intento. Pero no sin antes tener que pedir la intervención del Tribunal Constitucional del estado federado tras un enfrentamiento sin precedentes entre la AfD y la mayoría de la Cámara.

Es poco probable asimismo que haya sido la última prueba de resistencia para la democracia, ni en Thüringen ni en otros parlamentos alemanes, ya que en las últimas elecciones regionales el partido de extrema derecha obtuvo unos resultados muy buenos, con alrededor del 30 por ciento tanto en Thüringen como en Sajonia y Brandeburgo.

Esto significa que podría bloquear decisiones importantes en el futuro, incluida la elección de jueces para el Tribunal Constitucional, institución que acaba de fallar en su contra.

El comportamiento del partido en Thüringen ha dejado claro que realmente quiere utilizar su posición de poder para “obstruir”, dijo el politólogo Frank Decker al canal Phoenix.

El conflicto que llevó al caos en la primera sesión constituyente se centró aparentemente en la letra pequeña del reglamento, en concreto en si la AfD, como grupo parlamentario más fuerte, debía poder nombrar al presidente del Parlamento regional.

Los jueces decidieron finalmente que no era así, sino que si bien la AfD podría proponer candidato, también podían hacerlo los demás partidos, y resultar elegido quien obtuviese la mayoría.

En 2017, el Parlamento Federal, el Bundestag, ya cambió las reglas por precaución ante posibles casos de este tipo, y estableció que en la primera sesión no es el diputado de más edad el que se convierte en presidente temporal mientras se designan los nuevos cargos, sino la persona que lleva más tiempo en el Parlamento.

¿Se está ignorando “el voto de los electores”?

Esta es precisamente la denuncia que hace AfD, indignada por su aislamiento. “Si se ignora de este modo el voto de los electores, si todo el panorama de los partidos establecidos se funde en una papilla uniforme, me preocupa el estado de nuestra democracia parlamentaria”, escribió en X la líder del partido, Alice Weidel, el día después de que la candidata de la AfD en Thüringen fracasara en ser elegida como presidenta del Parlamento regional.

Sin embargo, incluso después de sus recientes éxitos electorales, la AfD sigue representando a una minoría. Más de dos tercios de los votantes de Thüringen, Sajonia y Brandeburgo no votaron a su favor.

En el Bundestag tiene el 10,4 % de los votos. Y como la AfD no puede encontrar aliados para sus objetivos, es incapaz de sacar adelante muchas cosas, a diferencia de los partidos que buscan compromisos en coaliciones, a los que la AfD denigra regularmente como “partidos cártel”.

Tras el escándalo del jueves, el politólogo André Brodocz dijo que en Thüringen se había visto cómo “la minoría del Parlamento regional intentaba imponer su voluntad a la mayoría”. Fue “el más profundo desprecio por el principio de mayoría que sustenta nuestra democracia parlamentaria”.

Pero también destacó cómo los ánimos se caldeaban en las redes sociales. “La propia clientela de la AfD se ve así (reforzada) en su opinión de que tal vez se esté privando a la AfD de sus derechos de una forma supuestamente antidemocrática”, dijo Brodocz.

En términos jurídicos, la AfD ha perdido varias veces sus demandas ante los tribunales, y por eso el partido está sembrando dudas sobre los jueces y apunta así a otra institución democrática.

El líder regional de la AfD en Thüringen, Björn Höcke, dijo del Tribunal Constitucional estatal antes de su decisión que “nadie se sienta allí que no tenga la afiliación correcta a un partido”.

Esto allana el camino para la siguiente área de controversia. En los próximos cinco años, todos los jueces constitucionales de Thüringen deberán ser elegidos por mayoría de dos tercios en el Parlamento estatal, como recordó el politólogo Brodocz. Aquí es donde entra en juego la minoría de bloqueo.

“Aquí inevitablemente tendremos que hablar con la AfD”, dijo. La misma cuestión podría plantearse en Brandeburgo y a nivel federal. El viernes, la Cámara Alta del Parlamento (el Bundesrat) respaldó los esfuerzos para modificar la Ley Fundamental (Constitución) con el fin de “garantizar la capacidad de funcionamiento del tribunal, su independencia y su apartidismo”.

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