Jerusalén, 14 oct (VOA) – Un nuevo plazo dado el viernes por Israel para que los habitantes del norte de Gaza se desplazaran al sur venció la tarde del sábado 14 de octubre. Más de un millón de personas intentan escapar de la muerte en el mayor desplazamiento dentro de la franja.
Los residentes en esa zona buscan, desesperadamente, cómo huir de los intensos bombardeos y de la amenaza de un inminente ataque terrestre en un lugar devastado por más de una semana de intensos bombardeos.
Israel ha amenazado “atacar con toda su fuerza”, dijo el portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari. “Estamos desplegados y fuertemente preparados para las próximas etapas de la guerra”, agregó.
El Ejército de Israel exhortó el sábado, a través de su canal en árabe en X, a los habitantes de Gaza a trasladarse en la mitad sur de la franja e indicó dos carreteras que no serían bombardeadas durante el desplazamiento de personas. El viernes varios convoyes de refugiados fueron atacados y unas 70 personas murieron, según autoridades gazatíes.
Al cumplirse el octavo día de guerra, Israel sigue bombardeando Gaza y desde la franja también continúa el lanzamiento de cohetes, que en su mayoría son interceptados por la “Cúpula de Hierro”, el escudo antimisiles israelí, que opera con una efectividad del 90%. Hasta el momento han muerto unas 2200 personas en Gaza, según su Ministerio de Sanidad y más de 1.300 en Israel, confirmó el sábado la oficina de prensa del Primer Ministro Benjamín Netanyahu.
Mientras, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han concentrado en la frontera sur del país, a pocos kilómetros de Gaza, al menos 35 batallones, listos para entrar en acción. Cientos de tanques, vehículos blindados, camiones cisterna se pueden ver desde la carretera. Por las autopistas desiertas de la zona circulan mayormente vehículos militares, caravanas de jeeps artillados repletos de soldados y gigantescos camiones que transportan tanques o excavadoras blindadas.
Las FDI, en su más reciente comunicado han informado que todo está listo para “expandir la ofensiva con una amplia variedad de planes operativos”, incluidos “ataques combinados por aire, tierra y mar”.
Todo apunta a que la entrada por tierra del ejército de Israel a Gaza es inminente y se presagia que el ataque sea de una fuerza demoledora. Hace unos días el Jefe del Estado Mayor de las FDI, teniente general Herzi Halevi, aseguró que “Gaza no volverá a ser igual”.
Ayuda a damnificados
Muy cerca de donde se concentran los blindados de Israel, en la ciudad de Sderot, una de las más fuertemente golpeada por los ataques de Hamás el pasado sábado, funciona un centro de recepción y distribución de ayuda a los damnificados.
En áreas del ayuntamiento, en una cancha de baloncesto se almacena la ayuda llegada de todo el país. Alimentos, agua, ropa, útiles de cocina, café, pañales, juguetes donados por los niños. Todo se almacena como se puede en la cancha y después se distribuye en el área. En una oficina del ayuntamiento se guardan celulares, baterías de todo tipo, linternas y otros accesorios electrónicos. El lugar está custodiado por reservistas armados.
La población de Israel ha hecho estas donaciones desde todos los rincones del país para ayudar a sus compatriotas afectados por el conflicto.
Los beneficiarios del servicio que brinda el ayuntamiento de Sderot son, fundamentalmente, ancianos y personas de bajos recursos que, por alguna razón no han podido ser evacuados de una ciudad que permanece vacía, en silencio, en la que solo se escucha el silbar de vez en cuando de los misiles mientras cruzan el cielo. En el ayuntamiento les reciben los pedidos y le llevan los insumos hasta su casa. Una especie de “deliveri” solidario e imprescindible en estos momentos.
Sobre el funcionamiento de este centro de ayuda nos habla un reservista ruso-israelí, residente en Austria y que prefiere omitir su nombre. “Tenemos dos secciones de voluntarios, una aquí, con productos que ponemos en cartones para la gente que están aquí”. “Otra, tipo centro de llamada o call center, porque hay mucha gente de Sderot que están en Eilat y en otras ciudades y los ayudamos a reservar el hotel o apartamento allí” y añade este soldado anónimo “soy judío y no puedo salir de Israel en este momento. Necesitamos ayudar donde podemos”.
Decenas de personas distribuyen ayuda de manera más personal. En sus autos, recorren las carreteras de la zona, para llevar comida, agua o café a los militares y policías que mantienen bloqueados todos los accesos terrestres a la frontera. También a los miles de soldados de las FDI que permanecen acantonados en los terrenos cercanos a la espera de la orden de ataque.