Tres nuevos sitios reconocidos como Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial

Roma, 20 sep (elmundo.cr) – Un sistema único de cría de carpas en estanques en Austria, un sistema agroforestal de cultivo de salaca, o fruta de la serpiente, en Bali (Indonesia) y el sistema agroforestal de cacao de Santo Tomé y Príncipe se han convertido en las últimas incorporaciones a los Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial (SIPAM).

Los sistemas, designados formalmente durante una reunión del Grupo asesor científico del SIPAM el 19 de septiembre, incluyen los primeros aprobados de Indonesia y Santo Tomé y Príncipe y el segundo de Austria.

En el marco del programa emblemático de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los sitios seleccionados son de importancia mundial y contribuyen a la seguridad alimentaria y de los medios de vida, la agrobiodiversidad, los sistemas de conocimiento y prácticas sostenibles, los valores sociales y la cultura, así como paisajes excepcionales. En muchos sitios se ponen en valor prácticas excelentes para que los sistemas agroalimentarios sean más resilientes al cambio climático y se utiliza la biodiversidad y se gestionan los ecosistemas de forma sostenible.

Con las últimas incorporaciones a la lista de sistemas del patrimonio agrícola mundial, la red mundial del patrimonio agrícola de la FAO consta ahora de 89 sistemas en 28 países del mundo.

Singular cría de carpas en estanques en Austria

La cría de carpas en estanques en la región de Waldviertel (Baja Austria) es un sistema de acuicultura único con 900 años de historia. Con una baja densidad de peces y prácticas tradicionales, se mantiene un ecosistema de estanques biodiverso que está conectado con los bosques circundantes.

Esta práctica sostenible apoya la biodiversidad, conserva el agua y preserva el patrimonio cultural mediante la producción de carpas de gran calidad y productos pesqueros innovadores. El sistema de cría apoya la economía local no solo mediante la venta de carpas, sino también promoviendo el agroturismo y el uso innovador de la piel de carpa para elaborar accesorios.

Además de producir alimentos, los estanques ofrecen servicios ecológicos como retención de agua, control de inundaciones y captación de carbono, ayudando a regular el microclima local. También son hábitats importantes para diversas especies, como aves, insectos y organismos acuáticos, que contribuyen a la biodiversidad regional.

El mantenimiento de este ecosistema diverso también ayuda a preservar la diversidad genética de las carpas y otras especies, lo que resulta vital para adaptarse a futuros cambios medioambientales.

Sistema agroforestal de salaca en Karangasem (Bali)

Este sistema agroforestal de Karangasem (Bali), la región más árida de la isla, integra el cultivo de salaca —también conocida como “fruta de la serpiente” por su piel semejante a la de este reptil— con diversos cultivos. Este cultivo fue desarrollado por la población autóctona balinesa mediante el uso del sistema tradicional subak de gestión del agua.

Este sistema mejora la biodiversidad, conserva el agua, captura carbono y apoya la seguridad alimentaria, al tiempo que preserva el patrimonio cultural y mantiene los medios de vida locales.

Se aprovechan todas las partes de la palma salaca, lo que la convierte en un cultivo sin desperdicios. Esta práctica mejora la sostenibilidad y la eficiencia de los recursos. Mientras tanto, el sistema integra el cultivo de salaca con otros cultivos, como mangos, plátanos y plantas medicinales, creando un paisaje agrícola rico y biodiverso.

Arraigado en filosofías tradicionales balinesas como “Tri Hita Karana” y “Tri Mandala”, este sistema refleja una relación armoniosa entre seres humanos, naturaleza y espiritualidad que ha sido catalogada dentro de los paisajes culturales de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Sistema agroforestal del cacao en Santo Tomé y Príncipe

El sistema agroforestal del cacao de Santo Tomé y Príncipe es conocido por su cacao amelonado de alta calidad. Combina la agricultura tradicional con diversos cultivos para mejorar la seguridad alimentaria, reforzar los medios de vida de las familias de agricultores, preservar el patrimonio cultural y mantener la biodiversidad. A pesar de una historia de esclavitud, desigualdad y conflictos, este sistema ejemplifica la resiliencia de su gente en su compromiso con lograr prácticas y un desarrollo sostenibles.

El cacao es una de las principales fuentes de ingresos por exportación, pero la integración de diversos cultivos como el banano, el árbol del pan y el taro proporciona otras fuentes alimentarias y de ingresos, aumentando la resiliencia frente a las fluctuaciones de los mercados y la presión medioambiental.

Los bosques tropicales de Santo Tomé y Príncipe representan una prioridad de conservación a nivel mundial y ocupan el segundo lugar en cuanto a conservación de aves y fauna de entre 75 bosques africanos. El país es líder en agricultura ecológica, con más del 25 % de sus tierras agrícolas certificadas para la producción biológica.

Las cooperativas locales se centran en productos de alta calidad y comercio justo e implican tanto a mujeres como a hombres, promoviendo la inclusión de género y mejorando los medios de vida de los agricultores.

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