Quito, 21 feb (VOA) – La falta de resultados definitivos en la elección presidencial de Ecuador, ganada sin objeción por el candidato oficialista, Lenín Moreno, pero con un margen insuficiente hasta ahora para imponerse en primera vuelta, ha generado tensión, protestas, sospechas de fraude y hasta un comunicado del Consejo de Generales del Ejército.
El presidente del Consejo Electoral, Juan Pablo Pozo, dijo en una declaración de prensa que hasta el martes podrá ofrecer “datos consolidados y definitivos del proceso electoral” y explicó que el retraso obedece a actas suspensas por inconsistencias o rezagadas de sectores rurales distantes.
Previamente había dicho que el jueves entregaría los resultados definitivos.
Pozo rechazó los actos de violencia o presiones por parte de la ciudadanía y actores políticos y convocó a hacer sus reclamos por vías pacíficas.
Por su parte, los militares pidieron que se respete los resultados “sin condición ni presión alguna”.
“Las FF.AA. se permiten hacer un llamado a los organismos competentes del Estado a velar por el respeto estricto a la voluntad de nuestros mandantes expresada en las urnas, ya que es deber sagrado de las instituciones no desconocer la voluntad ciudadana”, dice el comunicado.
De acuerdo al periódico El Comercio, el Ejército aclaró que no toma partido alguno y dijo que observará “que la voluntad del pueblo se garantice al cien por ciento”. Y exige un “ágil y transparente escrutinio electoral por el bien de la convivencia pacífica de la Patria”.
Lento recuento
Hasta ahora el Consejo Electoral ha entregado información del 91,2% pero en las últimas 12 horas sólo avanzó unos cuatro puntos en las cifras de votos escrutados. Moreno encabeza con 39,06% y le sigue el exbanquero Guillermo Lasso con 28,43%.
Para que un candidato gane en primera vuelta debe alcanzar más de 50% de los sufragios o al menos 40% y 10 puntos de ventaja sobre su más inmediato rival. En caso de no darse ese resultado habrá una segunda ronda el 2 de abril.
Lasso aseveró en rueda de prensa que ha denunciado a nivel nacional e internacional “un intento de fraude electoral en Ecuador”. Previamente había señalado: “huele mal eso, ¿cómo se van a demorar tres días por un 12%? Ayer en media hora ya tenía escrutado el 12%”, y advirtió que se busca “meterle mano al proceso electoral”.
Por su parte, Moreno, vicepresidente del mandatario Rafael Correa entre 2006 y 2013, aseguró que “me ha llamado la atención a algún político perdedor que está llamando a la violencia”. Y expresó que “eso no se lo puede tolerar, somos un país de paz, hemos aprendido a vivir en paz y queremos continuar así”.
Horas antes había dicho que pese a su ventaja de no sumar la diferencia necesaria estaría listo para una segunda vuelta.
En medio de la incertidumbre provocada por las cifras, varios miles de simpatizantes de Lasso llegaron hasta el organismo electoral en la capital y soportaron estoicamente un fuerte aguacero mientras exigían transparencia en el conteo. Algunos cientos habían estado de vigilia la noche anterior. En Guayaquil, la ciudad más poblada del país, también hay demostraciones similares pero de menor magnitud.
Los gritos de “¡Fuera, Correa, fuera!”, “¡Resultados ya!” y “¡No al fraude!” se escuchaban en medio del ondear de banderas ecuatorianas y del partido de Lasso en un ambiente crispado pero sin violencia. Los manifestantes bloqueaban una de las principales avenidas del norte de Quito y eran apoyados con bocinazos por los conductores de los vehículos que circulaban en las calles cercanas.
“Nos quedamos aquí hasta que sea respetada la voluntad popular. Si los resultados son limpios los vamos a reconocer, si no son limpios nos declararemos en desobediencia civil”, dijo a la AP Andrés Páez, candidato a vicepresidente de Lasso, mientras participaba de la protesta frente al organismo electoral.
Los resultados favorables al postulante oficialista dejan entrever el bajo efecto que tuvieron las múltiples acusaciones contra su candidato a vicepresidente Jorge Glas. Según una denuncia del exministro de Energía Carlos Pareja, Glas conocía y aprobaba una trama de corrupción en la empresa estatal Petroecuador, lo que Glas ha negado.