Ciudad del Vaticano, 21 ago (elmundo.cr)- El Papa Francisco afirmó que sigue “con preocupación y dolor la situación de Nicaragua”.
La Policía Nacional de Nicaragua irrumpió la madrugada del viernes a la curia arzobispal de Matagalpa, ubicada a unos 128 kilómetros al noreste de Managua, para sacar por la fuerza a monseñor Rolando Álvarez, uno de los obispos más críticos al presidente Daniel Ortega.
La Policía informó en un comunicado horas después que la medida fue tomada porque el religioso «persistía con las actividades desestabilizadoras y provocadoras».
De igual forma la institución explicó que Álvarez fue trasladado a Managua donde se encuentra bajo “resguardo domiciliar”, mientras que siete personas, de las ocho que acompañaban al religioso en la casa cural, se encuentran detenidas en la cárcel conocida como El Chipote.
Los sacerdotes detenidos son José Luis Díaz y Sadiel Eugarrios; Ramiro Tijerino y Raúl González, además los seminaristas Darvin Leyva y Melkin Sequeira y el camarógrafo Sergio Cárdenas, según conteo realizado por el medio nicaragüense Confidencial.
Persecución al igual que los años 80
La confrontación que ha desatado Ortega contra la Iglesia empezó desde el año 2018 que se dieron manifestaciones contra el mandatario.
Ortega acusó a los obispos de “golpistas” por albergar a manifestantes en los templos. Este incidente revivió los años oscuros de los 80 años, durante el primer gobierno sandinista de la época donde de igual forma la Iglesia fue víctima de ataques.
Tras retornar al poder en 2007, Ortega pidió perdón a la Iglesia “por los errores del pasado”, no obstante los ataques volvieron años después.
Las tensiones también se han elevado a niveles diplomáticos al punto de que el 6 de marzo, Ortega expulsara al nuncio apostólico Waldemar Sommertag sin explicar las razones.
La Santa Sede dijo en ese entonces haber «recibido con sorpresa y dolor la comunicación de que el Gobierno de Nicaragua» de retirar el beneplácito a su representante, Monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, Nuncio Apostólico en Managua desde 2018.
Por su parte S.S Francisco expresó su “convicción y mi esperanza de que, a través de un diálogo abierto y sincero, se puedan seguir encontrando las bases para una convivencia respetuosa y pacífica”.