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Sharm el-Sheikh (Egipto), 8 nov (dpa) – El canciller alemán, Olaf Scholz, promovió hoy su iniciativa de crear un club climático internacional para combatir el calentamiento global, según señaló en la cumbre del clima organizada por la ONU en Egipto.
Scholz invitó a la comunidad internacional a unirse al proyecto y agregó que muchas industrias, como la del cemento y el acero, necesitan urgentemente una reorganización respetuosa con el clima.
Explicó que la idea es acordar conjuntamente reglas y normas para que, en vista de las grandes inversiones requeridas, no haya distorsiones en cuanto a la competitividad. “El tiempo se acaba. La próxima revolución industrial debe comenzar ahora”, exigió el canciller alemán.
El Grupo de los Siete (G7), el foro que reúne a las principales potencias económicas democráticas, ya había respaldado la idea de Scholz en junio. Según un documento hecho público en la cumbre del G7 en Elmau (Baviera), el club del clima debe tener como objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, incluyendo su medición y registro.
El grupo espera crear formalmente el club en 2022 y abrir sus puertas también a países como China o Arabia Saudí, que no pertenecen al G7.
El objetivo es también contrarrestar el traslado de la producción a otros países con normativas climáticas más laxas. Los miembros del G7 quieren ayudar a los países con menos recursos a realizar la transición hacia una economía más respetuosa con el clima mediante asociaciones en materia de energía.
Scholz viajó el lunes a la localidad costera egipcia de Sharm el-Sheikh, en el Mar Rojo, para participar durante dos días en la cumbre del clima, que durará dos semanas y en la que se han inscrito 45.000 participantes. Además de la propuesta sobre el club del clima, el jefe del Gobierno alemán trajo consigo otras ideas e iniciativas.
En la segunda semana de la conferencia se lanzará oficialmente un programa protector para amortiguar los riesgos climáticos, cuya oficina se instalará en Fráncfort. Alemania aportará 170 millones de euros (169 millones de dólares) de financiación inicial. No está claro qué fondos llegarán de otros países. La ayuda se pondrá a disposición de las naciones especialmente afectadas por catástrofes como huracanes, sequías o inundaciones.
Hace unos años, estos países se organizaron en el grupo llamado V20, que ahora comprende 58 Estados de África, Asia, el Pacífico y América Latina.
Alemania también anunció que incrementará de 1.000 millones a 2.000 millones de euros su apoyo para la protección de los bosques del mundo. El dinero se destinará principalmente a las selvas tropicales de la cuenca del Congo en África Central y a la región amazónica en América del Sur.
Según el Ministerio alemán de Desarrollo, se calcula que desde 1990 se han perdido 420 millones de hectáreas de bosque, lo que equivale aproximadamente al tamaño de la Unión Europea. Los datos indican que el 88 por ciento de la destrucción forestal se debe a la agricultura.
Scholz advirtió en Egipto contra un “renacimiento de las energías fósiles” y prometió que en Alemania no habrá tal resurgimiento. Estas declaraciones provocaron la ira de los activistas climáticos en Sharm el-Sheikh.
El director ejecutivo de Greenpeace Alemania, Martin Kaiser, criticó que se trata de un “engaño a la opinión pública internacional” si Scholz quiere al mismo tiempo aportar dinero para nuevos yacimientos de gas en África, que empeoran la crisis climática.
Kaiser añadió que, si el canciller se toma en serio su compromiso, ni un solo euro del dinero de los contribuyentes alemanes debería fluir hacia nuevos yacimientos de gas.
En mayo, Scholz había prometido a Senegal apoyo para el desarrollo de un yacimiento de gas frente a sus costas. El país de África Occidental va a cubrir al menos una parte del vacío dejado en Alemania por la falta de gas procedente de Rusia.