Rusia: Putin para siempre

Moscú, 3 jul (elmundo.cr) – Según datos de la Comisión Electoral de Rusia el 77,9% de los rusos aprobaron el miércoles la reforma constitucional no vinculante solicitada por el presidente Vladimir Putin, que según sus detractores servirá para perpetuar su control sobre Rusia después de veinte años en el poder.

La votación estaba prevista en abril, pero se aplazó debido a la pandemia de coronavirus. Para evitar un exceso de afluencia a los colegios electorales sin por ello afectar a la participación, la consulta se llevó a cabo del 25 de junio al 1 de julio. Lo más insólito fue la instalación de mesas de votación al aire libre, en patios, en campos deportivos o de esparcimiento, sin el debido respeto al secreto del voto ni la vigilancia adecuada de las urnas.

Entre las reformas constitucionales solicitadas por Putin en el referéndum, figura en especial una que le abre la vía para permanecer en el poder hasta 2036, entre los 206 cambios aplicados a la Constitución, destacan la indexación anual de las pensiones de los rusos, la inclusión de Dios en la Carta Magna y la prohibición de ceder territorios a otros países, entre otras enmiendas de carácter político y social.

El punto más discutido de la reforma constitucional hace referencia al posible “borrón y cuenta nueva” de los mandatos de Putin, quien no desmiente su interés de volver a postularse a las presidenciales en 2024 por otros dos mandatos de seis años, algo que la actual Constitución prohíbe. La enmienda fue propuesta el mismo día en que los diputados rusos estudiaban la reforma constitucional en segunda y decisiva lectura, recibiendo el apoyo de la mayoría de los parlamentarios, con la única oposición de los comunistas.

Una de los retoques más patrióticas a la nueva Constitución consiste en la prohibición de cesión de territorios a estados extranjeros, prohibiendo llevar negociaciones sobre la cesión de cualquier territorio, pensando sobre todo, en la península de Crimea, anexionada a Ucrania en 2014, y la disputa sobre las islas Kuriles con Japón.

Las enmiendas incorporan también el concepto de “pueblo fundador del Estado” al señalar que  la lengua oficial del país es el ruso. La reforma generó críticas entre representantes de algunas minorías étnicas que opinaron que a los cerca de 190 pueblos que viven en Rusia les será poco grato considerarse ‘no fundadores del Estado’.

Las enmiendas en la ley fundamental fijarán también la condición de Rusia como heredera leal de la extinta Unión Soviética, lo que incluye los bienes de la URSS en el extranjero y su participación en acuerdos y organismos internacionales.

Otra de las enmiendas más controversiales votada por los rusos es la inclusión de la figura de Dios en la Constitución rusa. La propuesta, apoyada por el presidente, llegó de la mano del patriarca Kiril quien argumentó que la gran mayoría de los rusos creen en la existencia de un ser divino superior, sin que se trate necesariamente del Dios de los cristianos ortodoxos, sino también del de los musulmanes y de “muchos, muchos otros”.

Otra de las reformas que desatan más preocupaciones es la enmienda que establece la prioridad de la Constitución rusa sobre el Derecho Internacional, “por primera vez en la historia moderna de Rusia, el país se apoyará en su Carta Magna, si las decisiones de instituciones internacionales las contradicen”, ha afirmado Viacheslav Volodin, presidente de la Cámara Baja.

En línea con la operación rusa contra el “revisionismo” sobre la Segunda Guerra Mundial, la Constitución incluirá un artículo sobre la defensa de la “verdad histórica”. “La Federación Rusa honra la memoria de los defensores de la Patria y garantiza la protección de la verdad histórica. El menoscabo de la gesta del pueblo durante la defensa de la Patria es inadmisible”, reza la enmienda propuesta  por el presidente Putin.

La nueva Constitución establece el matrimonio como unión entre un hombre y una mujer, prohibiendo constitucionalmente el matrimonio homosexual. Putin dijo previamente que mientras él sea presidente en el país nunca se legalizarían los matrimonios entre personas del mismo sexo. “Mientras yo sea presidente, no habrá progenitor uno y progenitor dos, habrá mamá y papá”, señaló Putin, durante una reunión con el grupo de expertos encargados de redactar las enmiendas constitucionales.

Entre las modificaciones mejor acogidas a la Constitución, se encuentra la indexación anual obligatoria de las pensiones, así como el establecimiento del salario mínimo por encima del índice mínimo de subsistencia.

Las votaciones se dieron en un momento en el que la popularidad del presidente ruso cae, tras una criticada reforma de las pensiones y la crisis del coronavirus. Según datos elaborados por el instituto independiente Levada la popularidad del oligarca ruso bajó de 79% a 60%.

Golos, una oenegé especializada en la observación de las elecciones, denunció presiones a funcionarios y de las empresas a sus empleados para que vayan a votar. También documentó casos de electores que realizaron múltiples votos.

Decenas de opositores protestaron en el centro de Moscú y San Petersburgo, vigilados por numerosos policías acusando el referéndum de ser uno de los más deshonestos desde la época soviética. La oposición daba unos resultados muy diferentes a los oficiales. En Moscú habría ganado el sí por poco: 51% a favor, 49% en contra. Y en San Petersburgo, tierra chica de Putin, habría ganado el no por 56% y un 44% por el si.

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