Londres, 28 mar (elmundo.cr) – La respuesta británica al coronavirus es “un escándalo nacional” que pudo haberse evitado. La acusación hecha por Richard Horton, editor de “The Lancet”, -una de las más prestigiosas revistas científicas británicas-, es una imputación grave: “No deberíamos estar en la situación en la que nos encontramos ahora (…) La última semana de enero supimos lo que vendría. Perdimos febrero cuando tuvimos haber actuado. Tiempo en el que tuvimos que haber multiplicado los test, para haber obtenido material protector, nosotros no lo hicimos”.
El director de Lancet habla de una frustración y enojo sin precedentes: “La estrategia del gobierno ha fracasado, en parte porque los ministros, por razones que siguen siendo oscuras, no siguieron de inmediato las indicaciones de la Organización Mundial de la Salud para realizar test, para aislar y aplicar la cuarentena. El gobierno tardiamente tiene un plan para contrarrestar el Covid-19, pero llegaron demasiado tarde, dejando al NHS (Servicio Nacional de Salud Británico) desprevenido”.
Horton divulga algunos comentarios que el personal médico en primera línea le envió en los últimos días: “Es un caos… No nos sentimos protegidos… Es una carnicería completa… Es una crisis humanitaria… Estábamos mejor preparados en las zonas de guerra… Es una actitud criminal… Cuando termine esta historia, la entera dirigencia del NHS tendrá que renunciar”.
En el editorial, se cuestionan al asesor médico, Chris Witty y al asesor científico, Patrick Vallance, ambos consejeros de Boris Johnson para la crisis, siempre a su lado durante las conferencias de prensa en Downing Street. Ahora Witty está aislado por temor a que él también haya sido infectado, como el primer ministro y el ministro de Salud, Matt Hancock.
Fueron ellos, no se sabe si, basándose en evaluaciones puramente científicas o bajo la presión del poder político, a sugerir en una primera fase una campaña de “mitigación” del virus o de “contención”, para pasar a la “supresión”, o sea el cierre de todas las actividades. Luego se hizo publico un estudio del Imperial College en el cual anunciaban 250,000 muertes en agosto y que los hospitales colapsarían si el gobierno no cambiaba estrategia.
Fue Witty quien describió la llamada teoría de la inmunidad de rebaño como una solución, es decir, dejar que el 80% de la población se infecte, absorbiendo un cierto número de víctimas como inevitable, especialmente entre los ancianos y los más débiles.
Pero Johnson también está encerrado en Downing Street a causa del coronavirus, la prensa, los científicos y la oposición lo acusan de no haber aplicado las medidas de “distancia social” que ordenó a la población. “Practique lo que predica”, tituló el Daily Mail, generalmente afín al líder conservador, señalando que, además de poner en peligro a los ministros y colaboradores, el primer ministro expuso a su novia Carrie Symonds, que está embarazada y que se encuentra actualmente en cuarentena en la residencia campestre de Checkers.
Con un total de 17,089 casos de infecciones comprobadas y un saldo de 1.019 muertos, el Reino Unido espera el pico de aquí a una semana. Mientras tanto, los periódicos se preguntan quién está guiando el país en este dramático momento; el primer ministro aislado en su residencia, la Reina aislada en Windsor, el parlamento suspendido hasta Pascua, queda solo el desteñido ministro de Relaciones Exteriores, Dominic Raab, haciendo las funciones de líder nacional.
El único que recibe elogios es el Ministro de Finanzas, Rishi Sunak, por el temple que está demostrando bajo estas circunstancias, como también por haber adoptado un plan de atención para todos los empleados y trabajadores independientes que hayan perdido sus empleos debido a las medidas adoptadas para combatir el coronavirus. Una cura que endeudará fuertemente al estado, pero inevitable en este momento. Sunak cita la famosa frase de Mario Draghi: “Lo que sea necesario”.
