Por Regina Wank (dpa)
Múnich, 23 sep (dpa) – La Fiesta de la Cerveza de Múnich es una gran celebración anual que combina tradición y diversión en Alemania, pero lamentablemente también se producen en ella ataques sexuales contra las mujeres año tras año.
Por eso, la policía del estado federado de Baviera, en el sur del país, subrayó que este año iba a poner especial atención en evitar este tipo de crímenes en la Oktoberfest. Pero, ¿cuál es su estrategia para lograrlo?
Las cifras de personas que buscan ayuda en el espacio seguro “Safe Space” de la Oktoberfest porque han sido manoseadas o acosadas o porque simplemente necesitan un momento de tranquilidad hablan por sí solas.
Si en 2023 se registraron ataques contra 320 mujeres y niñas, en 2024 ya fueron 352. Al inicio de la campaña en 2003, fueron 28. Desde hace años, el número de mujeres que buscan ayuda en la “Wiesn”, la Pradera de Teresa en la que se celebra la fiesta, aumenta, según afirma Kristina Gottlöber, del equipo “Wiesn segura para niñas y mujeres”, que colabora en la gestión del “Safe Space”.
¿Se está intensificando tanto la violencia contra las mujeres? “No creemos que haya aumentado la violencia. Más bien creemos se dio a conocer la oferta y que las mujeres son ahora más conscientes de que pueden buscar ayuda y no tienen por qué aguantarlo todo”, señala Gottlöber.
Mientras que antes se transmitía el mensaje de que no se debía ir a la Wiesn si no se podían soportar este tipo de agresiones, ahora la conciencia ha cambiado, indica. “Es una buena señal, porque indica un cambio social”, añade.
También en las carpas parece estar aumentando la conciencia de que hay que prevenir las agresiones sexuales. Las camareras de la Wiesn, rodeadas durante horas de personas ebrias y en medio del ambiente desinhibido de las carpas, están en el ojo de la tormenta.
Una encuesta realizada el año pasado por la Universidad de Múnich en el marco de un trabajo de investigación reveló que el 76 % de las camareras encuestadas habían sufrido acoso sexual.
No hay cifras fiables al respecto. Sin embargo, varias iniciativas en las carpas indican que la situación no es del todo fácil.
Desde el año pasado se ofrecen cursos de autodefensa “Wen-Do” para las camareras de la carpa Schottenhamel o la carpa Armbrustschützen, entre otras, con el fin de capacitar a las mujeres en defensa personal y autoafirmación. Este año se han impartido dos cursos online que han tenido una gran acogida, según cuenta Gottlöber.
Para que las víctimas de acoso y violencia puedan pedir ayuda, este año habrá por primera vez puntos de recarga para teléfonos móviles con la batería agotada en las carpas, según informó la policía.
Además, también otras carpas, como la Hofbräu Festzelt y la Ochsenbraterei, establecieron zonas “Safe Now”. Con la aplicación correspondiente, se puede pedir ayuda de forma discreta y directa. El servicio de seguridad recibe una notificación y, según la información disponible, acude directamente a la persona que pide ayuda.
Sin embargo, el acoso no se produce solo en las carpas, sino también en otros lugares, como la “Teufelsrad” (rueda del diablo), una de las atracciones más populares de la fiesta, un gran disco giratorio al que hay que permanecer agarrado durante la mayor cantidad de tiempo. El que se cae, queda eliminado.
Hay quienes aprovechan que las faldas de los tradicionales vestidos bávaros, los “dirndl”, de algunas asistentes se levantan durante el juego para filmarlas, un fenómeno conocido como “upskirting”. Este es punible desde 2021 y puede castigarse con multas o penas de prisión de hasta dos años.
“Hacemos todo lo posible para que esto no vuelva a suceder”, dice a dpa la operadora de la “Teufelsrad”, Elisabeth Polaczy. “Quien conoce la ‘Teufelsrad’ sabe que la falda se levantará. Me parece una pena que haya gente tan loca que lo grabe y lo suba a Internet”, añade.
En coordinación con el Ayuntamiento, ha colocado carteles con las normas vigentes en la taquilla y la atracción está completamente equipada con cámaras que permiten seguir lo que ocurre. Sus empleados están entrenados para detectar cuando alguien graba sin permiso. Polaczy también ofrece a las mujeres pantalones de ciclista para ponerse debajo de la falda.
La experta Gottlöber añade otra dimensión al problema: la violencia sexual sigue siendo excusada con demasiada facilidad cuando se produce bajo los efectos del alcohol, mientras que a las mujeres que están borrachas siempre se les atribuye parte de la responsabilidad.