Roma, 1 dic (VOA) – El Programa Mundial de Alimentos (PMA) urgió nuevamente a la comunidad internacional a brindar asistencia a la región centroamericana tras el paso de los fenómenos tropicales Eta e Iota, los cuales han agudizado el problema de la inseguridad alimentaria en el área.
El organismo citó que durante el fin de semana, el director regional del programa, Miguel Barreto, realizó una gira por las comunidades devastadas por las tormentas en la región noroeste de Honduras, uno de los países más afectados junto a Nicaragua, para evaluar los daños. Barreto calificó el panorama como “un desastre” y dijo que necesitan la ayuda internacional para poder llegar a más personas afectadas.
“Necesitamos de ayuda internacional porque esto supera las capacidades de cualquier gobierno nacional para poder enfrentar esta emergencia”, citó Barreto.
El PMA ha dado a conocer que continúa brindando ayuda a las zonas más necesitadas de Centroamérica, pero dijo que se necesitan unos “22 millones de dólares en apoyo internacional para dar asistencia alimentaria a 600.000 personas afectadas tanto en Honduras como en otros países de Centroamérica y el Caribe”.
Antes de la llegada de la tormenta tropical Iota, de acuerdo con datos manejados por Naciones Unidas, había más de 45.000 personas resguardadas en albergues oficiales habilitados. El paso de las tormentas tropicales además complicó la emergencia por la pandemia del COVID-19 que se vive en Centroamérica. Algunos expertos aseguran habrá un repunte de casos ya que los albergues pueden convertirse en focos de contagio.
Más fondos
Otros organismos adscritos a la ONU que están brindando ayuda humanitaria al itsmo centroamericano son el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Esta última anunció hace algunos días que destinará 750.000 dólares a “acciones humanitarias y de recuperación temprana en Honduras, Guatemala y El Salvador”.
Unicef ha expresado su preocupación por los niños que sobrevivieron a ambos huracanes ya que “ahora corren el riesgo de morir de enfermedades transmitidas por el agua y otras enfermedades infecciosas”. Además, la organización ha alertado que las continuas lluvias y las limitaciones relacionadas con la pandemia han obstaculizado el acceso a algunas áreas afectadas.