San José, 2 mar (elmundo.cr) – La coalición de economía circular de América Latina y el Caribe presenta su informe “Economía circular en América Latina y el Caribe: una visión compartida”.
El documento presenta una perspectiva de cómo debe ser una economía circular en la región con la intención de crear alineación y cooperación entre los países, así como servir de guía para futuros proyectos.
Además, es un hito importante de la Coalición que fue lanzada en 2021. Tiene como objetivo implementar un enfoque de economía circular a través del trabajo colaborativo entre los gobiernos, las empresas y la sociedad en conjunto.
En el proceso de construcción de esta visión se consultó a decenas de funcionarios gubernamentales de la región, así como a un amplio abanico de representantes de instituciones internacionales relevantes, empresas y el mundo académico para imaginar colectivamente el futuro de la región basado en una economía circular que funcione a mayor escala.
El viceministro de Energía del Ministerio de Ambiente y Energía de la República de Costa Rica, Rolando Castro-Córdoba señaló que “existe una fuerte relación entre el marco de la economía circular, nuestros compromisos climáticos a nivel internacional y la recuperación económica”.
“La economía circular puede ayudarnos a reducir nuestras emisiones de carbono y el impacto sobre los recursos naturales, así como a generar empleos de calidad. Vemos un gran potencial para que la región implemente la economía circular si trabajamos juntos, y esta visión presenta la dirección hacia dónde todos los países de la región deben mirar”, agregó.
De acuerdo con el documento, América Latina y el Caribe deben tener una economía circular desarrollada por y para la región que se adapte a sus características y desafíos para fomentar una recuperación resiliente de la pandemia de Covid-19. La próxima era del desarrollo debe alejarse de los modelos económicos lineales y extractivos que han causado una degradación medioambiental masiva. Es importante que se enfoque en ser inclusivo con su gente y aprovechar las características y culturas únicas que posee.
“Tener un entendimiento común de lo que es economía circular y cómo ella debe ser en América Latina y el Caribe es esencial para que empresas y gobiernos realicen esa transición. Esta visión inspiradora ayudará a todos los actores a cooperar, a aprovechar todas las oportunidades e impulsar una nueva ola de desarrollo sobre la base de un modelo de economía circular que beneficia a la sociedad, las empresas y el medio ambiente”, comenta Luisa Santiago, líder para América Latina, Fundación Ellen MacArthur.
Algunas cifras muestran las dimensiones de los problemas y las oportunidades de la región. En América Latina y el Caribe se pierden y desperdician cada año 127 millones de toneladas de alimentos (más de un tercio de lo que se produce), mientras que aproximadamente 47 millones de personas padecen hambre en ambos territorios.
Cuando observamos la biodiversidad de América Latina y el Caribe, vemos que es una de las más ricas del mundo, con un 40% de la biodiversidad de la Tierra y un 60% de la vida terrestre mundial. Sin embargo, ha observado un descenso del 94% desde 1975, mayor que en cualquier otro lado del mundo. Además, la región cuenta con 9 de los 24 frentes de deforestación mundiales, que son impulsados principalmente por la agricultura, la ganadería, la minería, las infraestructuras de transporte y los incendios.
La economía circular se basa en tres principios impulsados por el diseño: eliminar los residuos y la contaminación, hacer circular los productos y materiales al máximo nivel y regenerar la naturaleza. Este marco presenta una forma de proporcionar prosperidad a largo plazo.
Al mismo tiempo se abordan algunos de los mayores retos a los que se enfrenta nuestra sociedad, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Por lo tanto, es una oportunidad para que la región se posicione como un actor clave y se convierta en un líder en la transición global hacia una economía baja en carbono y alineada con los ODS.
“Esta visión compartida de una economía circular para América Latina y el Caribe reconoce la importancia de aprovechar la biodiversidad en la región y abordar la inclusión social. Ambos aspectos son muy específicos de la región y muy necesarios en una nueva era de desarrollo económico”, comentó Milagros de Camps, ministra adjunta de Cooperación Internacional en el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la República Dominicana.
Ahora es el momento de hacer realidad esta visión con la ayuda de todos los actores. La coalición reconoce que es imposible que alguno de ellos lleve a cabo una transición por sí solo ya que todos tienen un papel que desempeñar: desde las empresas (de todos los tamaños) hasta los gobiernos y los responsables políticos, los ciudadanos, los clientes y las instituciones financieras. Con la ayuda de esta visión, podrán entender su papel, trabajar en colaboración más allá de las fronteras y aspirar a los mismos resultados.