PP se desploma pero gana elecciones marcadas por partidos emergentes

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Un ciudadano coge una papeleta de una cabina en un colegio electoral en Barcelona

Por Raquel Miguel y Ana Lázaro (dpa)

Madrid, 24 may (dpa) – El Partido Popular (PP) del presidente Mariano Rajoy ganó hoy los comicios municipales y regionales celebrados en España, en los que sin embargo sufrió una fuerte pérdida de votos y de mayorías absolutas en un escenario marcado por el auge de dos nuevas fuerzas políticas emergentes: Podemos y Ciudadanos.

El partido gobernante en España siguió siendo la fuerza más votada en las elecciones municipales celebradas en los 8.122 municipios del territorio nacional, con el 27,03 por ciento de los votos, según el Ministerio del Interior con casi la totalidad de los votos escrutados. Sin embargo, perdió más de diez puntos respecto a la última cita electoral a nivel local en 2011, cuando obtuvo el 37,54 por ciento de los apoyos. En total, tendrá 22.750 concejales en los municipios de todo el país.

Pese a quedar en segundo lugar, la pérdida de votos del principal partido de la oposición, el Partido Socialista (PSOE) de Pedro Sánchez, fue mucho más limitada: con el 25,03 de los apoyos y 20.824 concejales, perdió algo menos de tres puntos frente al 27,79 por ciento de los votos obtenidos en 2009.

“El PSOE ha alcanzado al Partido Popular”, sentenció Sánchez al conocer los resultados.

En las elecciones autonómicas, que se celebraban en 13 de las 17 regiones españolas -todas menos Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco- la formación conservadora fue la más votada en 9 de las 10 que ya gobernaba, pero perdió casi todas las mayorías absolutas en su poder, según los resultados provisionales conocidos hasta el momento.

Se desplomó en Castilla La Mancha (centro-sur), región que arrebató en 2011 al PSOE, y en sus feudos de la Comunidad Valenciana (este) y Madrid, donde siguió sin embargo siendo la fuerza más votada. También ganó en La Rioja, en Murcia y en Castilla León. En estas dos últimas se quedó a un diputado de la mayoría absoluta, según datos aún no definitivos. La situación se repetiría en Aragón (noreste), en el archipiélago de Baleares (este) y en Cantabria (norte).

Además, el PP perdió la emblemática región de Extremadura (oeste), que había arrebatado sólo hace cuatro años al PSOE, que por su parte logró conservar Asturias (norte). En Canarias (suroeste) y Navarra (norte) el partido nacionalista Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro (UPN), respectivamente, fueron las fuerzas más votadas.

La cita electoral, a la que estaban llamados más de 35 millones de españoles, estuvo marcada por la irrupción de los formaciones emergentes: la izquierdista Podemos, de Pablo Iglesias, y la centrista Ciudadanos, de Albert Rivera.

Pese a no concurrir con firma propia a las municipales, las plataformas en las que Podemos se integró lograron el mayor número de votos en Barcelona (noreste), la segunda ciudad del país, y rozaron la victoria en la capital, Madrid.

Barcelona en Comú, la plataforma que congrega a partidos de izquierda y ecologistas, obtuvo la mayoría de los votos (25,21 por ciento) y 11 concejales y si ningún pacto opositor lo impide, algo que parece improbable, la activista antideshaucios Ada Colau se convertirá en la próxima alcaldesa de Barcelona.

En el ayuntamiento de Madrid, el PP logró mantener su liderazgo por un estrecho margen frente al órdago de la plataforma Ahora Madrid, apoyada por Podemos: a punto estuvo su cabeza de lista, Manuela Carmena, de obtener la mayoría, tras hacerse con el 31,85 por ciento de los votos 20 concejales.

Finalmente, ganó el PP con Esperanza Aguirre al frente, con el 35,55 por ciento de los votos y 31 concejales, frente a los 21 de 2011, aunque podría perder la alcaldía de la capital española si Ahora Madrid pactara con el PSOE, posibilidad que está en el aire.

El otro partido emergente, el centrista Ciudadanos, se perfiló como la tercera fuerza política en los comicios municipales, con el 6,55 por ciento de los votos, aunque a una importante distancia del PP y el PSOE.

Desplazó así del puesto a Izquierda Unida (IU), que en estas elecciones municipales sólo logró el 4,73 por ciento de los apoyos, frente al 6,36 por ciento de la última cita municipal. La formación resultó también muy golpeada en las regionales, donde perdió 25 diputados, quedándose fuera de algunos parlamentos, como los de Madrid, Extremadura o la Comunidad Valenciana.

También perdió casi toda su representación institucional la fuerza UPyD de Rosa Díez, que con logros limitados a un centenar de concejales en ayuntamientos pequeños, se ve abocado prácticamente a la desaparición.

Los comicios regionales y municipales de este domingo, en los que al contrario de lo vaticinado la participación cayó al 64,66 por ciento (frente al 66,16 de 2011), fueron seguidos con gran expectación en España, ante la cercanía de las elecciones generales que, pese a no a haber sido convocadas oficialmente, se espera que se celebren a finales de año.

Los mensajes enviados por los líderes políticos al término de la jornada electoral miraban ya en esa dirección: ante la pérdida de votos, el PP se apresuró a proponer nuevos acuerdos y tejer pactos con otras fuerzas políticas, según apuntó el vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano.

Sin embargo, el resto de partidos miraba más bien hacia el cambio: el secretario general del PSOE Sánchez interpretaba los resultados como “el principio del fin de Rajoy como presidente” y aseguraba que “lo mejor está por venir”.

El líder de Ciudadanos, Rivera, insistía en la fuerza de su partido: “Hay partido, hay proyecto para España y esto no ha hecho más que empezar”, mientras el cabeza de Podemos, Iglesias, iba más allá: “Asumimos el desafío de ganar las elecciones generales al Partido Popular (…) Empieza a escribirse en España el fin del bipartidismo”.

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